Los trabajadores «aguardan en la terminal poder abordar los colectivos y sacarlos a servicio tal como lo ordenó la jueza Maria Servini de Cubría que levantó ayer la restricción, pero hay reuniones entre el dueño de la empresa, y gente del Ministerio de Trabajo y una importante presencia policial que nos impide acercarnos», dijo ayer el delegado de los trabajadores, Hugo Swarzmann.
Aseguró además que «la intención nuestra es trabajar como lo veníamos haciendo, sin cobrar boleto» y añadió: «Si nos prohíben sacar los colectivos no nos queda otra opción que volver a la ruta».
Los choferes cortaron el martes la autopista Panamericana y la ruta 197, en el partido de Tigre, en reclamo por los 32 días de conflicto a raíz del despido de trabajadores y lo que denuncian como acoso laboral a los delegados gremiales.
Unos 400 efectivos de Gendarmería Nacional desalojaron a los choferes y se produjeron violentos incidentes, con 33 trabajadores lesionados por la represión, dos de ellos de gravedad.
Una gestión del ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, calmó las aguas al llamar a las partes a sentarse a negociar en una mesa de diálogo.
Esa mesa de negociación iba a continuar ayer pero fue suspendida a raíz del fallo de la jueza Servini de Cubría, aunque el delegado Esteban Simonetta dijo a Télam que la magistrada «ordenó que las unidades salgan hoy a la calle y que se ajuste el sistema de tarjeta SUBE, con lo que implícitamente esta ordenando que cobremos boleto, aunque no es su jurisdicción».
Hugo Swarzman detalló que «iban a salir unidades con choferes que están en contra de la medida y que iban a cobrar boletos y la gran mayoría no lo iba a cobrar pero no sabemos que pasará. Hay un impasse en el conflicto».
Sin embargo la situación se volvió a tensar y los choferes anunciaron que apelarán la orden judicial de Servini de Cubría y hoy volverán a cortar la Panamericana para volver a pedir una salida al conflicto.
La línea 60, que une Constitución con Tigre y también con Escobar, transporta a 250.000 pasajeros todos los días pero desde el 23 de junio los colectivos dejaron de salir a la calle por un conflicto en el que los choferes reclaman la reincorporación de 53 despedidos, el cese del acoso laboral a los delegados y mejores condiciones de trabajo.
Los trabajadores denunciaron un «lock out» patronal al impedirles sacar los colectivos a la calle sin cobrar boleto, mientras que la empresa aseguró que los choferes habían «usurpado las terminales» y que los colectivos que salían a la calle «no reunían las mínimas condiciones de seguridad».
En el medio hubo una medida de conciliación obligatoria que no fue acatada por las partes al no retrotraerse el conflicto a su inicio y medidas judiciales que impidieron a los trabajadores sacar los colectivos.