Una extensa cadena de favores ata al ministro con el detenido, Marcelo Balcedo. Reinke renunció a la intervención y ahora el juez Kreplak tiene la última palabra. Cambiemos mutó de combatir a las mafias sindicales a asociarse con ellas.
El ministro designó un interventor pero no tiene esa potestad. El Gobierno de Vidal y el juez Kreplak se enteraron por el Boletín y pusieron el grito en el cielo. En el año de normalización el gremio acumuló una caja de casi 200 millones.