La CGT se reunió ayer para definir una nueva huelga general en la sede de Azopardo y el encuentro terminó en nada. En parte por el llamado del Gobierno para reactivar la mesa de negociaciones, pero fundamentalmente por la falta de acuerdo interno. Y allí es clave la carencia de respaldo de los gremios del transporte.
Como la había anticipado InfoGremiales, la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (CATT) se reúne en las próximas horas para retomar su agenda propia, y despegarse del binomio de conducción cegetista que personifican Héctor Daer y Carlos Acuña.
En la jornada de ayer, concretamente, el tándem Roberto Fernández (UTA) y Omar Maturano (La Fraternidad) mostraron su reparo para avanzar en una medida de fuerza general en el corto plazo. Y mucho menos definirlo en ese cónclave: «No estan dadas las condiciones», le explicó una fuente cercana a los transportistas a este portal.
Juan Carlos Schmid ya había anunciado que en el plenario general se decidirán medidas de fuerza: “habrá protestas por la situación económica”, anunció el ex triunviro de la CGT desde sus redes sociales.
En la práctica quienes conforman la CATT son quienes tienen la potestad de garantizar el éxito de una medida de fuerza y luego de algunos desplantes, parecen apostar al renacer de uno de los sectores más dinamicos del movimiento obrero, que hasta 2016 fue quien motorizó el conflicto social.
La señal de Maturano Fernandez tiene una terminal, también, para los Moyano. Es que no creen que sea el momento de darle la espalda definitivamente al camionero y cerrar filas con los Gordos y el barrionuevismo.
Schmid había explicado, a través de las redes sociales, que en el pliego de reivindicaciones de los transportistas están: Aumento de Emergencia a Jubilados; Apertura de #Paritarias; Revisión de Cuadro Tarifario; Plan Suspensión de #Despidos; y Ganancias.