A fines de febrero, el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi cerró la paritaria con gremios minoritarias del distrito y desató la furia del Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA), que comanda Hernán Doval.
El acuerdo en aquella oportunidad fue suscripto por Daniel Aversa, del Sindicato Unificado de Trabajadores Municipales de Avellaneda (SUMA); Isabel Masso de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA); Susana Ferreyra de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE); representantes de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN); y Walter Fariñas de la Agrupación de Trabajadores Municipales “17 de Noviembre”.
Según la Comuna, a partir de marzo, se “aumentará en un 10 % el sueldo básico y la Bonificación Retributiva de febrero. En mayo, se aplicará otro aumento del 10% sobre aquel monto. En julio se aplicará la tercera cuota de 10% y finalmente en septiembre otra cuota de 5%”.
«Los trabajadores municipales de Avellaneda cobramos, aún con este aumento, un salario básico por debajo del nivel de indigencia», le contestaron desde el STMA. «Y estamos seguros que al finalizar la aplicación del aumento en noviembre (ya que se da en cómodas cuotas) seguiremos con nuestro básico por debajo de dicho índice», dispararon.
Además señalaron que «el sueldo conformado no supera la línea de pobreza, Y también estamos seguros que en noviembre cuando se termine de liquidar el súper aumento tampoco lo superara».
También condenaron el aumento importante de tasas que podría derivarse a los salarios de los municipales y el aumento de las «sumas en negro» para conformar el haber de los municipales.
Por último condenaron el acuerdo con los gremios minoritarios, a los que calificaron de militantes de Ferraresi, y las situaciones de «terror» que viven los empleados municipales que no responden a las agrupaciones del intendente.