No es fácil entender la lógica con la que se mueven algunos jerarcas sindicales. El caso de Andrés “el centauro” Rodriguez es paradigmático y se vuelve una muestra palpable de los manejos personalistas que se institucionalizan. Las decisiones trascendentales de UPCN pasan única y exclusivamente por el escritorio del Centauro, que entre adiestramiento y adiestramiento de caballos suele dar las directivas.
Tanto es así que esta semana en el gremio había un total desconcierto ante el inminente cierre paritario que no incluyó consulta alguna con el resto de los popes del sindicato. La firma a las apuradas en La Rosada no le abrió el juego a nadie. La mayoría se enteró por la prensa o por funcionarios que tomaron conocimiento de los detalles del acta rubricada.
Pero no es la única situación que los desconcierta, es una más. El próximo 29 de mayo se realizarán las elecciones de renovación de la conducción nacional y de las seccionales que integran UPCN a la largo del país.
Con motivo de conformar la nómina de candidatos, desde hace días Andrés Rodriguez llama a distintos integrantes del gremio para comunicarles su presencia en la lista que buscará un nuevo período de cuatro años. La sorpresa termina de concretarse cuando el ex menemista finaliza las conversaciones sin confirmar el lugar para el que se postularán. La nómina completa sólo está en la cabeza de Andrés y únicamente se conoce que él la liderará una vez más.