Bajo el influjo de Jorge Bergoglio se tejen infinitos entramados en la política argentina, algunos de ellos con destino estratégico, la gran mayoría con aprovechamiento táctico y mucho de sobregiro de la figura papal. Entre los del primer grupo sobresale el “Pacto de San Antonio de Padua”, que es una suerte de documento fundacional que toma de las líneas doctrinarias históricas de la Iglesia sobre la cuestión social, potenciadas por la impronta de Francisco y su, hasta ahora, documento mas trascendente en su gestión al frente de la Iglesia Católica, la Encíclica Laudato Si.
Fogoneado por los intendentes que llegaron a renovar el cuadro político del conurbano en las últimas elecciones, se destaca entre ellos la participación de Gustavo Menendez, actual jefe comunal de Merlo que de la mano del FpV pudo destronar a Raúl Othacehé -histórico mandamás del PJ bonaerense-.
Habiendo transcurrido apenas 6 meses desde el recambio de gestión que generaron estos nuevos actores políticos, el grupo que se abroquela a la sombra de la línea Papal ya ha logrado no sólo afianzar una construcción política en tiempos de convulsiones varias, sino que también lograron la venía de Francisco. Es que el Papa, además de haberlos recibido con dedicación en Roma, le puso a Gustavo Vera (hombre de reconocida cercanía con Francisco) a acompañar su plataforma que abreva en la Doctrina Social de la Iglesia. Esa plataforma redunda en una fuertísima crítica a los efectos del capitalismo salvaje y, en sí, expresa la mirada política de la Santa Sede respecto de su cosmovisión del mundo actual y futuro.
Sobre este marco de despegue, el intendente de Merlo avanzó en la promoción del Pacto con diversos actores del movimiento obrero, e incluso ya habló del mismo con varios secretarios generales de los gremios grandes. Sin embargo, es entre la generación sub 45 dónde encontró mayor eco para sumarlos a una definición estratégica de construcción del campo popular, y empezó una serie de encuentros para darle operatividad a un capítulo sindical del pacto.
En el primero de ellos logró involucrar a actores de diversos gremios enrolados tanto en las diversas CGT como en la CTA. Los dirigentes fueron al cónclave con el alcalde, en la sede municipal de Merlo, y allí acordaron darse un mecanismo de funcionamiento en pos de la difusión y suscripción del Pacto por parte de los diversos gremios. Incluso el debate se podría hacer extensivo en torno a la actualización doctrinaria del Peronismo, a partir de la incorporación de los temas que el Laudato Si propone y que, básicamente, son receptados dentro del Pacto de San Aantonio de Padua.
Entre los asistentes se encontraban varios secretarios Generales, entre ellos Vanesa Siley (Judiciales), Walter Correa (Curtidores) y Leandro Nazarre (SUTCAPRA), y miembros de diversos gremios como Comercio, Telefónicos, Sanidad, Aduaneros, UPCN, Docentes, ATE, entre otros. Los presentes escucharon a Menendez, no sólo con un crudo relato de cómo impactan las políticas del gobierno nacional en su municipio, sino de también la necesidad de unir a todos aquellos que comparten una misma visión respecto del modelo de Estado y Sociedad, que se vincula tanto con la mejor tradición del Peronismo, como con la actualidad de la agenda que propone el Papa. “Francisco es mi conducción”, sintetizó Menendez para mayor claridad.
En función de ampliar y organizar esta agenda, los dirigentes gremiales pensaron en armar un ámbito de trabajo regular, para lo cual Vanesa Siley (SITRAJU) propuso facilitar un espacio para desde allí promover la convocatoria y articular con los diversos espacios del movimiento obrero. ”Para la renovación que demanda la sociedad a sus dirigentes es imprescindible partir de la necesidad de afianzar las banderas del campo popular, las construidas a partir del 45 con Perón y Evita, las recuperadas y profundizadas a partir del 2003 con Néstor y Cristina y las necesarias para un futuro de justicia social y desarrollo sustentable para toda la humanidad que nos propone Francisco”, expresó Siley.