El Sindicato de Trabajadores Bursátiles (SiTraBur) no deja de sorprender a la City. Es que al asombro inicial que se dio con la concreción de la sindicalización de los brokers tres años atrás, algo que no se había logrado en los más de 150 años de historia de la Bolsa de Comercio porteña, ahora se le sumó el cambio de mando a través de una asamblea que expulsó a quien fuera su principal referente, Mariela García Lastra, que por el sólo hecho de ser mujer constituía una rareza para la actividad gremial vernácula.
La exclusión, y obvia destitución del cargo que tenía vigente hasta abril de 2018, se desencadenó por una serie de denuncias que se presentaron contra García Lastra, que contemplaron desde el supuesto «maltrato a compañeros, hasta manejos inconsultos y poco claros del gremio y de sus recursos», según pudo averiguar Télam entre voceros gremiales. Las denuncias constan en un acta elevada al Ministerio de Trabajo.
La inédita expulsión incluye, además, la imposibilidad de volver a afiliarse al gremio por el plazo de 20 años y provocó que Pablo Ganduglia, ex secretario adjunto de la organización, quede al frente de la organización hasta que se cumplan los mandatos y se convoque a un nuevo proceso electoral.
«Estamos aprendiendo, pero cada paso que damos es historia», resumió Ganduglia. Sus palabras también hacen referencia a la actuación sindical con la que presentaron al gremio en Rosario. Allí fue donde por primera vez tuvieron que calzarse la ropa de combate y revertir un despido que se había producido. Para ello encararon el primer paro en la historia de la actividad.
«No creían que íbamos a ir al paro», recordó el sindicalista. Con la medida de fuerza consiguieron reincorporar al trabajador y obtuvieron su primera medalla en la batalla gremial.
Antes del nacimiento de SiTraBur hubo tres intentos de sindicalizar a los empleados de la actividad, pero no prosperaron. El más recordado fue el de 1985 cuando intentó ingresar el Partido Obrero y hubo una ola de despidos que detuvo la tentativa. El armado del sindicato finalmente se concretó hace unos cuatro años, cuando la nueva Ley de Mercado de Capitales hizo temer por despidos masivos. Y se convirtió en un emblema de los brokers a nivel mundial, ya que sólo en España y Brasil se registran experiencias similares.
Además de tener representación en la City porteña y en Rosario, el SiTraBur, ya con alcance nacional, se encamina a desembarcar en las bolsas de Bahía Blanca, El Litoral, Mar del Plata, Chaco y Córdoba, entre otras. Los trabajadores del sector bursátil, que suman cerca de 5.000 personas en todo el país, todavía no cuentan con un marco regulatorio de sus labores, por lo que desde el gremio están elaborando el primer borrador de un Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) del sector. «Necesitamos ordenar cuestiones básicas, como que se contemple el reconocimiento de la antigüedad y una escala salarial», explicó Ganduglia, quien además de su condición de gremialista sigue cumpliendo su horario laboral, como el resto de la comisión directiva del sindicato.
Los bursátiles deberán negociar el CCT con el presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi.
Como preámbulo, las partes acordaron en las últimas semanas un sistema para que los trabajadores tengan la posibilidad de pertenecer al nuevo mercado en igualdad de condiciones que los socios de la Bolsa porteña, una iniciativa novedosa que iguala a los empleados con los socios a través de la chance de adquirir acciones de B&MA (Bolsas y Mercados Argentinos) y es considerada como un paso simbólico muy importante.
«Las discusiones son duras, pero leales», resaltó Ganduglia a Télam sobre las discusiones laborales en la City que empiezan a ser una realidad cada vez más cotidiana y a la que todos se están acostumbrando.