Un grupo de trabajadores despedidos de la empresa Pepsico permanece en una carpa frente al Congreso nacional con el objetivo de demostrar que «el conflicto está vivo», tras la marcha realizada ayer por el centro porteño.
Partidos de izquierda, organizaciones gremiales, sociales y de derechos humanos acompañan la protesta, que hoy cumple un mes.
El delegado gremial, Camilo Mones, en declaraciones a radio Continental, señaló: «Que sepan las empresas, los sindicatos y el Gobierno que el conflicto está vivo y que seguimos reclamando nuestros puestos de trabajo».
Y advirtió que en caso de no recibir los permisos necesarios para continuar con la carpa, que sólo fue autorizada por el gobierno porteño a permanecer por 72 horas, las fuerzas de seguridad los deberán «sacar con represión».
Por último, el delegado gremial descartó la realización de piquetes y cortes de calles pero adelantó que en los próximos días tienen previsto llevar adelante «acciones callejeras».