El directorio de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), operadora de Atucha, renunció ayer en el marco de la profundización de la crisis por la paralización de las obras y el despido de unos 2.400 trabajadores de las centrales nucleares, ubicadas en el partido bonaerense de Zárate.
El secretario general de la Unión de Empleados de la Construcción (Uecara), Antonio «Cacho» López, dijo que «estas renuncias lo que hacen es complicar más la situación» y anticipó que el próximo lunes el gremio que conduce realizará una asamblea gremial en la puerta de las centrales nucleares, donde decidirán la puesta en marcha de un plan de lucha en el que no descartan la realización de una huelga general.
«Convocamos a los gremios hermanos de Uocra y Luz y Fuerza a sumarse a la asamblea para tomar medidas conjuntas», afirmó, al tiempo que aseguró que «el 31 se quedan en la calle 600 compañeros nuestros y 1800 de Uocra».
El dirigente sindical participó ayer de una audiencia en la Dirección Nacional de Relaciones Laborales con el propósito de resolver este conflicto sin éxito. «No tuvimos suerte, acá se terminó todo y otra vez no vino ningún representante del ministerio de Energía, estuvo nuestro gremio y directivos de NASA, de algunas contratistas como Vialco y Mazoero y varios trabajadores», detalló.
Dijo que no lo conforma la promesa de las empresas que «nos dicen que hay que esperar como unos seis meses para la continuación de las obras, pero el trabajador no puede esperar».
La Unión de Empleados de la Construcción, que conduce López, representa a los capataces, administrativos y técnicos de la actividad.
«La de hoy fue una audiencia muy larga en la que los contratistas nos dijeron que no pueden pagarnos los sueldos porque ellos no reciben los pagos de NASA», denunció.
Comentó también que ayer Uecara se reunió en el Ministerio de Trabajo de la Nación con funcionarios con el objetivo de acercar posiciones tanto con NASA como con los contratistas.
En la audiencia de hoy en la Dirección Nacional de Relaciones Laborales participó uno de los encargados de electricidad de Atucha, Jorge Ponce, quien a la salida de la reunión le confesó amargado a Télam que vino «con una pequeña luz de esperanza» y se fue «mal porque no conseguimos nada».
«La nueva ausencia del Ministerio de Energía en la audiencia de hoy significa que no le interesa para nada las familias, porque detrás de cada uno de nosotros hay una familia», señaló, a la vez que consideró: «parece que somos un número, no sé que somos para ellos».
Además la paralización de Atucha conlleva un efecto dominó con las empresas proveedoras. Ayer en la firma PIAP, que elabora agua pesada para las centrales nucleares, los trabajadores manifestaron su preocupación por la pérdida de mil empleos en caso de que las obras se paralicen.