Una elevada tasa de desocupación de 16,4 por ciento, alta informalidad, sobrecarga por tareas de cuidados, son factores que contribuyen a incrementar las brechas de género en el mercado laboral. Argentina, entre los únicos cuatro países que ya pudo recuperar el nivel de participación laboral de mujeres latinas pre pandemia.
Este viernes la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió un comunicado para informar su análisis de los números que deja la pandemia. La crisis provocada por la COVID-19 en los mercados laborales de América Latina y el Caribe impactó en mayor medida a las mujeres, y ha colocado a la región frente al desafío de enfrentar un retroceso sin precedentes de la igualdad de género en el trabajo, destacó una Nota Técnica publicada hoy por OIT.
De los 23,6 millones de puestos de trabajo de las mujeres que se perdieron en el peor momento de la crisis el segundo trimestre de 2020, a fines de 2021 aún faltaban por recuperar unos 4,2 millones. En el caso de los hombres, en cambio, ya se habían recuperado prácticamente por completo los 26 millones de puestos perdidos en ese momento.
“Este 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer debemos tener muy en cuenta que enfrentamos un retroceso preocupante en la igualdad de género en el trabajo, y por lo tanto la región necesita redoblar esfuerzos para recuperar el terreno perdido y generar más y mejores oportunidades laborales para las mujeres”, dijo el Director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
En su informe aseguraron también que la gran mayoría de los países (el 74 por ciento) no logran recuperar ni acercarse en 2021 al nivel de participación laboral femenina de 2019. Sólo Argentina, Paraguay, Uruguay y Granada vuelven a los niveles pre-pandemia. Por su parte, Bolivia supera la participación con respecto a 2019, probablemente por un aumento de la cantidad de mujeres que buscan trabajo, vinculado con la crisis económica.
En ese sentido, la OIT también valoró el paquete de medidas tomadas desde el gobierno nacional para palear la crisis económica. Desde el aumento a la Asignación Universal por Hijo/a, el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), el «Potenciar Trabajo», la prohibición de despidos, las licencias pagas por enfermedad, los créditos a tasa cero, financiamiento para emprendedores/as, cobertura de costos para el cuidado infantil con el subsidio para contratar personal doméstico, entre otras.
Justamente, en sectores económicos altamente feminizados como el de trabajo doméstico, donde la presencia femenina es del 90 por ciento y
la tasa de informalidad supera el 70 por ciento, la pérdida de empleos fue del 20,2 por ciento y la recuperación apenas del 1,7 por ciento, aseguró la organización.
Por otra parte, además de producirse una importante pérdida de empleos,
una gran cantidad de trabajadores (especialmente mujeres) se retiraron del mercado laboral debido a las escasas alternativas existentes en el contexto de crisis, a las dificultades para conciliar las responsabilidades familiares con el trabajo remunerado por el cierre de los centros educativos y de cuidados, entre otros.
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