Existen actualmente en Argentina más de 7 millones de trabajadores y trabajadoras, que son más vulnerables a las consecuencias económicas de la pandemia. Así lo revela un estudio del Centro de Estudios Atenea que repasa la composición del mercado laboral nacional.
«En el contexto excepcional de pandemia que estamos atravesando, y luego de cuatro años de profundo ajuste, con aumento de los índices de desocupación, informalidad, y trabajo por cuenta propia como respuesta a una situación de crisis, resulta indispensable focalizar el análisis coyuntural en una población que ha crecido cuantitativamente al tiempo que ha profundizado su vulnerabilidad económica y social», señala el trabajo.
«Los trabajadores desprotegidos son aquellas personas que trabajan, o tienen la voluntad de hacerlo (desocupados/as) y no son alcanzados/as por la protección social, ya sea porque se encuentran por fuera del amparo ofrecido por el empleo registrado, o bien porque su fuente de trabajo, incluso formalizada, no les permite acceder a derechos equivalentes a los de los trabajadores registrados, como es el caso de los trabajadores por cuenta propia», especifica el informe.
Según las cifras relevadas, «representan a más de la mitad de la población económicamente activa de nuestro país, y si bien su importancia cuantitativa es notable, sus condiciones de trabajo son precarias y se encuentran en una situación más vulnerable aún en el contexto actual de crisis y aislamiento social, preventivo y obligatorio».
«Son trabajadores que no tienen acceso a licencias con goce de haberes, por lo cual pierden la posibilidad de generar ingresos toda vez que no puedan realizar sus actividades con normalidad. En el marco de un contexto recesivo, sus fuentes de trabajo sufrirán mayor inestabilidad, lo cual vuelve este grupo de trabajadores fuertemente dependiente de una economía activa y de la circulación y consumo de la población. En este grupo, los/as más afectados/as son quienes trabajan por cuenta propia y principalmente, lo realizan en la calle o espacios públicos», explica Atenea.
«Dentro de los desprotegidos, el grupo de mayor peso relativo son los no registrados, que reúne a más de 3 millones de personas, de las cuales el 40% son jefes de hogar. Representan el 64% del quintil con más bajos ingresos de la población, dando cuenta así de la vulnerabilidad económica de los hogares a los que pertenecen», precisó el estudio.
Además los cuentapropistas representan el 36.9%. Este grupo es marcadamente heterogéneo, dado que puede albergar desde profesionales de clases medias y altas, hasta trabajadores de la Economía Popular, quienes por el tipo de actividades que realizan no pueden continuar desarrollando sus actividades de manera remota como es el caso de algunos profesionales.