A 22 años de lo que fue un hito de resistencia al menemismo, la Marcha Federal empieza a tomar vida nuevamente. En los noventa se trató de una masiva movilización que desde todos los puntos del país confluyó en Plaza de Mayo para rechazar las políticas del gobierno de Carlos Menem, y ahora se recreará para rechazar los despidos, los tarifazos y las medidas económicas de Mauricio Macri.
La movilización que se realizará entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre espera lo que resuelva el congreso de reunificación de la CGT pautado el 22 de agosto con la esperanza de sumar más adhesiones.
Sin embargo en las últimas horas se puso en duda la participación de una de sus patas. Ya están asegurados la totalidad de los gremios enrolados en la CTA de los Trabajadores que lidera Hugo Yasky, pero los de la CTA Autónoma podrían bajarse.
Ayer Pablo Micheli supeditó la participación de la central que conduce a que se resuelva un paro general de todo el arco sindical para esas mismas fechas, bajándole el precio a la Marcha.
Concretamente, el estatal confirmó, a través de su cuenta personal en la red social Twitter, que no participará «de la marcha de la CTA de los Trabajadores si no hay Paro Nacional».
Ahora habrá que ver lo que sucede con la asistencia de los gremios cegetistas del Núcleo del MTA y la Corriente Sindical Federal, que empujan la candidatura del bancario Sergio Palazzo para la conducción de la CGT.