Pablo Micheli está pagando el costo de sus recientes y más mediáticas alianzas, en especial con la de los cegetistas Luis Barrionuevo y Hugo Moyano.
Los comicios que se realizaron el pasado jueves, en franca desobediencia al fallo del Ministerio de Trabajo de la Nación que desconoció el proceso y lo declaró ilegal.
El estatal Micheli ganó los comicios con la Lista 1 Germán Abdala. Sus competidores eran María Elena Molina, del Partido Obrero y Luis Alberto Donadío, del Nuevo MAS.
Pero además de la invalidez institucional marcada por el Ministerio conducido por Carlos Tomada , la CTA opositora de Micheli enfrente problema políticos y fundamentalmente de caja. Una consecuencia lógica de sus controversiales alianzas con lo más rancio del sindicalismo cegetista, como el moyanismo y el barrionuevismo.
Micheli y los suyos casi no pudieron imprimir afiches de campaña y recién horas antes de la elección tuvieron listas las boletas. Porque ATE, el principal gremio de la CTA disidente y su mayor aportante económico, le viene retaceando fondos.
El actual titular de ATE, Julio Fuentes, y su secretario Administrativo, Eduardo de Gennaro, le facturan a Micheli su acercamiento al dúo Moyano-Barrionuevo, con quienes el estatal compartió actos y conferencias de prensa. Una «unidad de acción» que Micheli pudo explicar a partir de la común postura ultra-opositora.
El propio Micheli, con una honestidad brutal parecida a la Barrionuevo y Moyano, admitió las internas de la Central. «Mentiría si dijera que no hubo muchísimo debate entre la militancia y los cuadros sindicales. Hubo coletazos», afirmó en una entrevista gráfica.
Micheli además blanqueó la falta de apoyo de Julio Fuentes. Ante la consulta sobre si fue apoyado por ATE en este intento «ilegal» de ser reelecto, afirmó: «Si hablamos del secretariado nacional, la verdad que no. Sentí inconvenientes, cuestionamientos permanentes y falta de apoyo».
Y profundizó: «Estamos atravesando una situación de debate donde afloran profundas diferencias políticas, que seguramente se saldarán en la elección de esta central, pero también en las de ATE del año que viene».
Las pujas internas se evidenciaron en la falta de apoyo de sectores de ATE Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Santa Fe y hasta de la Capital, que optaron por no acompañar el proceso electoral.