Ambos dirigentes confirmaron esta decisión al compartir con el cosecretario general de la CGT Héctor Daer la inauguraron del «Encuentro de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCC) y de la Confederación Europea de Sindicatos (CES)».
Micheli y Yasky ratificaron que ambas CTA adherirán al paro nacional convocado por la CGT para el 6 de abril próximo, aunque aclararon que el 30 de este mes movilizarán hacia la Plaza de Mayo en rechazo del «ajuste, las suspensiones y los masivos despidos».
Los tres gremialistas compartieron la apertura del encuentro sindical internacional, en el que participan dirigentes europeos y regionales que visitan el país.
Micheli resaltó la importancia de que se considere «la posición de las centrales sindicales, ya que en el país y la región la política económica golpea fuertemente a los trabajadores y el pueblo en general y, en particular, la Argentina atraviesa un mes especial, marcado por una muy elevada conflictividad» social.
El dirigente ratificó la adhesión al paro nacional cegetista del 6 de abril próximo y aclaró que ambas centrales movilizarán con perfil propio el 30 de este mes hacia la Plaza de Mayo.
También rechazó «el hostigamiento y persecución contra los dirigentes gremiales» y explicó que existe «una política oficial profundamente antisindical que cuestiona la paritaria nacional docente y ataca de forma directa la libertad y la democracia sindical, además de estar orientada a perseguir a las organizaciones opuestas al ajuste económico», puntualizó.
«Esa política se basa en la crítica al gobierno anterior, pero procura el resquicio para golpear y encolumnar a todos los sindicatos y a las centrales obreras detrás de una estrategia partidaria, cuando en realidad los reclamos son en defensa propia y no en contra de ningún gobierno determinado», subrayó Micheli.
También sostuvo que si el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea «es comercial, los pueblos de América del Sur tendrán todas las de perder», y expresó que «el Mercosur peleó para que se rompiese ese esquema de sometimiento».
Para el dirigente, si el tratado es de libre comercio y no contempla las tradiciones, la diversidad y la disparidad existentes entre las economías y si no tiene en cuenta la opinión de las centrales sindicales y los trabajadores «la situación será más prolija, pero preocupante como la que generó la ALCA».