El mediodía de ayer resultó un momento decisivo para la continuidad de la vida sindical de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Es que las conducciones de Hugo Yasky y Pablo Micheli sellaron en el Ministerio de Trabajo la vieja disputa que mantenían luego de las elecciones «fallidas» de 2010.
En la cartera laboral tanto Yasky como Micheli aceptaron escindir sus caminos, rebautizar sus centrales sindicales y dar por finalizada la batalla legal y administrativa que mantuvieron desde hace cuatro años.
Por el lado de Yasky decidieron llamar a su central CTA de los trabajadores. Mientras que el michelismo eligió CTA Auténtica, nombre que posteriormente tuvo que cambiar al definitivo CTA Autónoma.
De esta manera la CTA de los Argentinos que encabeza el docente Hugo Yasky realizará sus elecciones en noviembre y se quedará con la inscripción gremial número 2027 que data de su proceso fundacional.
El Ministerio de trabajo se comprometió a otorgarle en el plazo de 48 horas una nueva inscripción gremial a la CTA Autónoma del estatal Pablo Micheli y, además, le reconocerá el proceso electoral que llevó adelante el pasado 29 mayo.
Desde ahora, entonces, estaremos frente a la existencia formal y legal de dos centrales sindicales, cada una con sus autoridades, con sus conducciones, con su inscripción gremial y con su nombre.
La disputa entre los dos sectores comenzó en diciembre de 2010 cuando los dos dirigentes se enfrentaron en una elección para consagrar un secretario general para la central obrera, mayoritariamente integrada por sectores estatales (docentes y empleados públicos).
Ese proceso electoral sufrió múltiples impugnaciones y la disputa por el resultado llevó la cuestión a la arena judicial, generando sucesivas apelaciones que amenazaban con necesitar una resolución de la Corte Suprema de Justicia.
Ahora cada uno de los sectores volverá a insistir con un viejo anhelo ceteísta: la personería gremial. Aunque todo indica que esta división de fuerzas los aleja de su tan ansiado objetivo.