El secretario general del sindicato de Camioneros Hugo Moyano calificó hoy a Mauricio Macri como «un boludo asintomático» que «dice disparates y estupideces», al responder las críticas a su persona referidas por el expresidente en su libro «Primer Tiempo» y en una entrevista periodística que brindó ayer.
«Es más de los disparates y estupideces que dice este señor, yo no quiero ofender pero es un boludo asintomático y lo pasan en el canal que ahora es de su propiedad gracias al esfuerzo y trabajo de toda su vida», ironizó Moyano en referencia a una entrevista que el exmandatario brindó anoche a La Nación+.
Ayer, en esa entrevista, el expresidente señaló: “Los Moyano extorsionan, es una práctica habitual de Pablo Moyano. Son una de las causantes de que el país no puede crecer. Con extorsión, atropello y sobrecostos que tiene la industria del transporte, mucha gente no puede lograr que su producto llegue a otra provincia o al puerto para ser exportado”.
En respuesta, el líder camionero dijo hoy, en diálogo con Radio 10, que la presentación del libro fue convertida en un «zoológico por la cantidad de gorilas que había» y desmintió haber tenido una relación con el exmandatario: «Nunca tuve relación con Macri, eso es mentira».
«Yo soy peronista de toda la vida y una vez me invitaron a un acto donde se iba a poner un monumento a Perón y fui», contó en referencia al evento que compartió con Macri y Eduardo Duhalde, en octubre del año 2015.
El sindicalista añadió que no leyó el libro sino que «solo me leyeron una partecita», y en referencia a los que estuvieron en la presentación, analizó que «hablan de este personaje como si hubiera sido un patriota cuando haberlo tenido como Presidente fue uno de los peores errores que cometió el pueblo argentino».
En «Primer Tiempo» Macri le dedicó un fragmento a la relación que supo tejer con Hugo Moyano. De la campaña 2015 hasta el quiebre mientras gobernaba.
«Con todos los actores de la vida política, social y económica intenté transmitir siempre una visión diferente sobre nuestro país. Con Hugo Moyano también. Su fuerte antikirchnerismo durante el segundo mandato de Cristina Fernández provocó que tuviéramos un diálogo más cercano y llegásemos a compartir el escenario en el acto de inauguración del monumento a Juan Domingo Perón, frente al edificio de la Aduana, en Buenos Aires, en octubre de 2015», abre el fragmento del libro.
«Esa tarde reivindiqué una vez más al Perón de la productividad y al que promovía la igualdad de oportunidades como acceso a la justicia social», añade Macri.
Y sigue: «En nuestras conversaciones, yo le insistía a Moyano que nuestro proyecto pasa por lograr una Argentina productiva, que pueda salir al mundo, capaz de crecer y que, para poder lograr esos objetivos, no hay más camino que reducir los costos de lo que hacemos».
«‘Hugo, el camión no puede valer entre un 40% más y el doble de lo que vale en los demás países de América Latina’. Y él me respondía que estaba de acuerdo, que sí, que voy a ver, que no hay problema. Cuando llegué al gobierno le empezamos a plantear que estábamos necesitando que él y su gremio hicieran su aporte para que los productos argentinos pudieran competir. Pero todo se volvió mucho más difícil. Aquella comprensión inicial se iría convirtiendo en confrontación abierta con el transcurso de los meses», asegura Macri.
Desde ahí relata los desacuerdos entre ambos, acusa a Moyano de haber obtenido prebendas, de extorsionar y de provocar que cada vez haya menos trabajo. «Moyano sabía que tenía ante sí el mismo desafío que teníamos nosotros en el gobierno y que hoy siguen teniendo muchos dirigentes de nuestro país: o son parte del problema o son parte de la solución».
Además se mete en una interna sindical. Según Macri «Una parte de su sindicato respaldaba la necesidad de hacer cambios», pero «del otro lado estaba su propio hijo, Pablo, con una mirada más extrema, que llevaba directamente al rechazo de toda alternativa».
Para Macri, tuvieron «dos años de conversaciones con pequeños avances y pequeños retrocesos». «Pero los conflictos comenzaron a escalar», señala.
«Moyano había decidido ser parte del problema: el cambio que queríamos hacer terminó frenando», cierra.