“Si en Quilmes tiene que haber muertos, va a haber muertos». Las palabras de Pablo Moyano retumbaron en todo el país, en medio de la disputa entre el gremio camioneros y la comuna de Quilmes en abril del 2014, cuando el intendente quilmeño Francisco “Barba” Gutiérrez anunció la municipalización de la recolección de residuos.
La ola de protestas del gremio que conduce Hugo Moyano llevó a fuertes confrontaciones y generó rumores de un “efecto contagio” en el conurbano. Pero con el tiempo la idea se fue desinflando en la mayoría de los municipios, hasta la semana pasada suendo Avellaneda anunció su intención de dar ese paso.
La respuesta de camioneros, como en aquellas jornadas, fue la misma. Una movilización aunque, luego de una reunión entre las partes, la comuna decidió prorrogar por 120 días el contrato de la empresa prestadora del servicio, una paz transitoria que puede romperse en 2016.
Camioneros insiste en que no permitirá que los trabajadores o bien pasen a la órbita comunal o bien pierdan su empleo, de concretarse el traspaso. Para esto, realizaron una ruidosa protesta, con los camiones de la firma y un acto donde además del hijo de Moyano estuvo Marcelo Aparicio, secretario Gremial de camioneros y hombre encargado de liderar la mayoría de las movidas sindicales del sector.
La idea de municipalizar el servicio de barrido y recolección recorre desde hace tiempo el conurbano, y se acrecentó desde que Moyano se distanció del gobierno nacional. Hasta ahora, lo concretaron dos comunas de la zona: Berazategui y Quilmes. En el segundo de los casos, que se dio en el 2014, hasta el momento se desarrolla con eficacia, más allá de la polémica inicial. Los funcionarios afirman que el ahorro por este cambio “supera el 25 por ciento”, pero admiten que un grupo de los empleados tuvo que resignar parte de su salario.