El camionero Hugo Moyano y la expresidente Cristina Fernández de Kirchner se volvieron a mostrar juntos en un acto después de casi siete años. El encuentro ocurrió en la sede recreativa que el gremio de mecánicos, SMATA, posee en la localidad de Cañuelas donde la ahora senadora fue invitada de honor a un plenario de delegados.
El anfitrión del encuentro fue Ricardo Pignanelli, quien aprovechó una capacitación para plasmar un encuentro de alto voltaje político. Del encuentro entre Moyano y Cristina surgió una fotografía en la que además aparecen el propio Pignanelli; la diputada nacional y titular de los judiciales de la Fesitraju, Vanesa Silley; y el secretario General del sindicato de Canillitas, Omar Plaini.
La foto que inmortaliza el encuentro entre el camionero y la exmandataria selló el final de una grieta que nació allá por 2011 y que los enfrentó en toda la segunda gestión de CFK en los que Moyano lideró huelgas generales.
Ahora, con un ajuste que no cesa, el peronismo en diáspora y las próximas elecciones a la vuelta de la esquina no son pocos los que interpretan este reencuentro en público como el primero de los pasos hacia la conformación de un espacio de unidad opositor.
Hasta ahora las vertientes sindicales de CFK y de Moyano ya venían integrando espacios conjuntos, a los que sumaron a la UOM y el Smata y se consolidan como la pata más combativa de la CGT.
Si bien es pronto para pensar las consecuencias de la cumbre, la reunión de los pesos pesados le abre la puerta a un armado que trascienda unidad ciudadana y que pueda empezar a atraer a los sectores peronistas más tradicionales, poco proclives a experimentos partidarios, pero que no encuentran una alternativa opositora que pueda detener el ajuste se relanzó a través del acuerdo con el FMI.