Con una imponente movilización, Ramón Muerza ratificó que no se da por vencido en su cruzada por conducir el Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) porteño. Es que el gremialista congregó una multitud y le envió mensajes a Armando Cavalieri, los empresarios y el Gobierno, en una interna que empieza a inquietar a varios.
En primera instancia, Muerza reclamó que se reabran las paritarias mercantiles y que se llegue a una recomposición del orden del 45%. La idea es terminar de componer un incremento en línea con la inflación prevista para este año.
También avisó, luego de que mantuvo una ocupación de más de tres semanas de las instalaciones de la organización, que no se dejará robar la elección en la que asegura que le ganó al «Gitano». Se trata de los comicios de hace poco más de un mes en los que señala que Cavalieri hizo fraude y que fueron ganadas por la lista Granate por más de 400 votos.
Los que peinan canas en el mundo mercantil coinciden en que la de ayer se trató de la movilización más importante de la historia reciente de la organización. Esa demostración de poder evidenció la debilidad de Cavalieri, incapaz por estas horas de contener a las bases, y le traslada el problema a los empresarios y el Gobierno, dos que apostaron fuerte por su continuidad y que hoy dudan.
Los empresarios temen que un acuerdo sin el aval de la oposición no desmovilice el estado de ebullición en los lugares de trabajo. Algo parecido ocurre con los funcionarios del Ministerio de Producción y Trabajo, que están disconformes con el respaldo de Jorge Triaca hacia el Gitano, que detonó un conflicto que ahora se trasladó a las calles porteñas.
Mientras todavía se esperan definiciones sobre el resultado de los comicios de septiembre, en la Federación se puso fecha para fines de diciembre para realizar la asamblea que va a plasmar la nueva correlación de fuerzas interna.
Lo endeble de la situación de Cavalieri le abrió la puerta a los referentes del conurbano a tener un juego de mayor automonomía. Son varios los que señalan que hay que seguir de cerca lo que pueda ocurrir y los condicionamientos que se puedan poner a la hora de renovar las autoridades.
Por otra parte, sobre el cierre de la jornada desde el oficialismo denunciaron que una porción de la movilización atacó a personal de seguridad del edificio de la Federación. De hecho hicieron circular la versión de que se trató de una patota.
Desde la oposición salieron a cruzar esas afirmaciones. Señalaron que hubo una serie de ataques de los patovicas que responden a Cavalieri y que uno de ellos quedó en medio de los manifestantes que lo golpearon. Además replicaron que cuando protestaron frente a la sede de la Faecys les arrojaron cosas desde arriba, que hubo trabajadores heridos por esos hechos y que Osecac se negó a atenderlos.