La Confederación de Trabajadores Municipales de la República Argentina (CTM), que conduce Rubén «Cholo» García, denunció el despido de unos 10.000 empleados municipales en todo el país en los últimos meses y declaró el estado de alerta y movilización del gremio en defensa de las fuentes de trabajo.
Por la gravedad de la situación el consejo directivo nacional de la CTM facultó a García, para que “a la mayor brevedad convoque a las federaciones y sindicatos adheridos a elaborar un plan de lucha nacional que ponga fin a las medidas que afectan la vida y la dignidad de los trabajadores municipales argentinos”.
Las resoluciones planteadas por esta organización nacional, que nuclea a los sindicatos municipales de todo el país, fueron volcadas en un documento elaborado el fin de semana en base a informes de los secretarios generales de las federaciones de cada provincia tras un encuentro que se desarrolló en Avellaneda.
El documento califica a las políticas instauradas en el país a partir del 10 de diciembre pasado como “de corte neoliberal” y, en este sentido, considera que “implican un verdadero deterioro de la democracia y de las libertades públicas con el control de la protesta social, incluidas las amenazas y detención de dirigentes sociales y sindicales”.
En este marco, la CTM se solidariza y compromete “con los trabajadores que fueron afectados por los despidos masivos producidos en los municipios de varias provincias argentinas” y repudia “la represión a la protesta social”.
Tras señalar que “las políticas neoliberales vuelven a mostrar sus efectos antiobreros y antipopulares”, el pronunciamiento denuncia la supuesta interferencia del gobierno nacional en las negociación colectiva, al sostener que “con amenazas de pérdidas de puesto de trabajo limita la discusión de paritarias libres”.
“Además, pretende ponerle techo para impedir la recuperación del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores”, subraya.
En otro tramo del texto se advierte que en varias provincias “se ha intentado suspender de facto las negociaciones colectivas, reducir salarios, alterar las condiciones laborales, sosteniendo un acoso permanente sobre los puestos de trabajo informal, como también sobre la estabilidad laboral garantizada por la Constitución Nacional”.
Por otra parte, la CTM instó a “todas las centrales sindicales nacionales a gestar una auténtica unidad entorno a la defensa irrestricta de los supremos intereses de la clase trabajadores” y exigió “el rechazo a todo acuerdo social que no tenga como condición previa la inmediata reincorporación de los despedidos, la recuperación del salario y el cese de la represión a los trabajadores”.