El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó que el Gobierno abrió una instancia de «negociación» con los sindicatos petroleros patagónicos que convocaron a un paro para el 6 de noviembre en reclamo de modificaciones del Impuesto a las Ganancias.
De este modo, Capitanich salió a descomprimir la presión generada por el anuncio de la medida de fuerza acordada en el plenario gremial realizado en la sede del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut.
Los petroleros dejaron desde un principio abierta la posibilidad de levantar la huelga en caso de conseguir alguna respuesta favorable de parte del Gobierno al reclamo por Ganancias.
«Respecto al tema petrolero, quiero transmitir que, efectivamente, estamos al tanto del conflicto y hay instancias de negociación para evaluar el impacto y un eventual acuerdo», afirmó el funcionario en su habitual conferencia de prensa en la Casa de Gobierno.
Los petroleros en un comunicado, resaltaron que el cabecilla del bloque sindical patagónico, Guillermo Pereyra, «recibió el apoyo del líder de la CGT Azopardo y del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano» para las demandas del sector.
El bloque petrolero, de gran poder de fuego por su posibilidad de detener la mayor parte de la producción del país, es antagónico a la Federación que comanda el massista Alberto Roberti y amenaza con convertirse en un nuevo bloque decisivo en la política energética y sindical del país.