Gerardo Martínez sostuvo que en Latinoamérica en general, y en la Argentina en particular, los gobiernos «le tienen miedo al diálogo para apuntar al consenso social». Por ello, reclamó al Grupo de los 20 (G20) impulsar ese «diálogo social sustentable» entre todos los sectores clave de la economía».
Martínez, presidente del Grupo Labour (L20), sostuvo que «para poder hablar del futuro del trabajo, tenemos que constituir una mesa de diálogo sustentable, entre el sector financiero, los empresarios, el Estado y los trabajadores».
«En los países desarrollados, el diálogo social es una política de Estado, y el problema en los países emergentes o en vías de de desarrollo, como la Argentina, es que los gobiernos le tienen miedo al diálogo social», dijo el sindicalista en una entrevista con la agencia NA.
El representante sindical ante la próxima cumbre del G20 señaló que «no estamos en contra de la globalización, pero necesitamos una con rostro humano, y tiene que convertirse en una herramienta virtuosa para terminar con el hambre y la desigualdad».
«Sí estamos en contra de la globalización financiera, porque es equivocada, mira nada más que los intereses del sector del capital», dijo Martínez.
El L20, que representa a los sindicatos, elaboró un documento para presentar en la cumbre del G20, que enumera nueve medidas básicas a aplicar en forma urgente, como la de garantizar salarios mínimos ajustados en función del costo de la vida, promover la libertad sindical y la negociación colectiva e inversiones en sistemas universales de protección social.
Tras la reunión realizada en Mendoza, el L20 reclamó también eliminar la precariedad y el trabajo informal y preparar a los trabajadores/as para una transición justa hacia un futuro del trabajo digital promoviendo el diálogo social, entre otros planteos.
Martínez señaló que el sector trabajo busca «fundamentalmente un marco de institucionalizad mundial, un dialogo sustentable para discutir el futuro del trabajo».
«Todos los países no estamos en igualdad de condiciones y necesitamos un mecanismo o régimen de igualdad mínimo que garantice los derechos básicos de los trabajadores para todo el mundo, que nos ayude a superar gradualmente las diferencias y desigualdades», añadió el sindicalista.
Explicó que, por ejemplo, Japón, que tiene la presidencia del G20 para el año próximo, planteó discutir el futuro de las sociedades en el marco de la «economía 5.0″, cuando los países en vías de desarrollo están lejos de esa posibilidad».
Señaló que en la próxima reunión del G20 en la Argentina los países en vías de desarrollo «tienen la oportunidad de generar una agenda virtuosa que nos permita discutir el futuro desde el trabajo y la educación, para poder generar empleo y dejar atrás la pobreza y desigualdad entra las naciones».