Por Alejandro el “Gitano” Ulloa @GitanoUlloa
Sobrevivir en el país profundo
Las promesas preelectorales del Frente de Todos tardan en derramar su alivio sobre los trabajadores y el pueblo carenciado. Hay otro orden de prioridades, parece. Salarios que le ganen a la inflación es lo que prometieron desde el gobierno nacional para este año. Llegó a 40,6% el índice de pobreza. «Pasaron cosas» que impiden que se atenúe el flagelo del hambre. Tanto se dijo que ahora es lo mínimo que se espera. La inflación «se pikó» y no baja del 50%. Un 45% aumentan los salarios en blanco, pero los ingresos de bolsillo informales no llegan ni a la mitad de la maldita inflación. Menos mal que salen parches como lo concedido a empleadas domésticas (la paritaria se firmó a la baja en 42%). Las facilidades para blanquear empleadas domésticas que no pierden los subsidios consagra un empate a duras penas. El salario mínimo no sale a flote. Sos trabajador. Entendés de promesas incumplidas. No se puede hacer más lento…
Linda la parábola de la UOM, gremio industrial por excelencia. Desde Acindar de Villa Constitución revisaron lo depositado en las quincenas y batieron el parche de la paritaria atrasada en tiempo y moneda contante y sonante. El eco retumbó en las empresas de Paolo Rocca en Valentín Alsina (¡se pudrió todo cuando los trabajadores fueron a la Seccional Avellaneda a ver al secretario general porque no quieren más al directivo que representa a la fábrica en el gremio y algún dirigente llamó al 911!!!!). Los laburantes de la UOM denunciaron el ataque al CCT y al salario aprovechando la pandemia. No les pagan el premio a la productividad desde marzo. «No se puede no pelear contra eso», dicen. Chiflaron también en La Matanza y varias grandes fábricas. Antonio Caló tuvo que dejar por un ratito la rosca cegetista y apretar por la apertura de la paritaria, con un modesto pedido «negociable» del 50% en cuotas.
Dicen que el dólar, que todo depende de la deuda, de las exportaciones de carne, de cómo cierra Guzmán el pago al FMI. Así no hay proyecto político que aguante. El presupuesto propone más de lo mismo. Los controles de precio casi ni existen, ¿para cuándo profundizar, empezar a sancionar a los de-formadores de los precios? Si hacemos de abogado del diablo, ¿Cómo ir con la posta a buscar el voto si la expresión política para este momento de transición desde la debacle macrista no llega a tibia?
Atento, que los militantes sindicales piden el voto compañero porque lo que viene es la pelea para modificar lo que vaya a firmarse con el FMI y eso se dificultaría con mayoría parlamentaria amarilla. Que se revise quién se la llevó, qué se debe en realidad y qué parte de lo prestado y pagado es robo liso y llano. En el macrismo tienen un discurso asertivo, vacío de contenido y lleno de sentidos comunes conservadores. Todo el tiempo disparan contra los derechos laborales y sociales. El tire y afloje es inevitable: si se paga no se vive. Si se vive no se paga. El líder de Camioneros, Hugo Moyano, admitió que «hay cierto malestar en la sociedad» que llevó a muchos a no participar de las PASO o meter un voto «a cualquiera por enojo». Una opinión con mucho peso.
El caso Toyota es mucho más que las camionetas. En su planta de fabricación de Zárate se vio la punta de lanza de la reforma laboral de hecho que pretenden aplicar las patronales. Antes y después de las elecciones. Con la promesa de $8.000 adicionales por cada sábado trabajado y mil pases a planta efectiva la propuesta de la empresa aprobada por el gremio venció la resistencia y la asamblea de planta aprobó el plan. Venían de negarse a la realización de horas extra los sábados debido a los descuentos que recibían por Ganancias. Pierden medio día los sábados a cambio de 5×2 otro día cualquiera, que puede caer día de semana. Queda abierto el camino a la flexibilización del CCT para apurar la fabricación de los modelos Hilux y SW4.
“Avancemos” por donde vinimos
En el libre juego de las urnas no se puede ni se debe descartar el voto bronca o ideológico antiperonista, antisindical y gorila, ya sea de carácter veleta o permanente. Larreta busca sacar votitos del costado socialdemócrata que arrimó Alberto a la coalición. El gorilaje viene con los botines de punta: sin juicio, y a como sea, quieren presa a Cristina, pero no piden cárcel efectiva para todo un gobierno de corruptos comprobados con cuentas off shore por todo el mundo. Una Corte honesta parece una utopía. Se quejan del gobierno nacional por los impuestos que recauda Ciudad, tienen remedios gratis pero lo atribuyen a la «mano de Dios». Pami y Anses devuelven los ingresos a los discapacitados que sacó Macri. Pero los jubilados que no ganan la mínima tienen el bote lleno de agua. El olvido mediático es parte de la cobertura inmoral de Juntos (ex Cambiemos). Se multiplican y se calientan los debates en las colas del chino. En los laburos. Con los vecinos.
«No me hagan campaña pidiendo que Dios nos ayude», le imploran al FdT. Con el peronismo solo no alcanza. Habrá que ver si los fragmentos del mismo justicialismo de derecha como Juan Schiaretti en Córdoba no lesionan el cuerpo unitario de las aspiraciones legislativas de la coalición gobernante. Habrá que ver si el movimiento obrero organizado está unido para ser la columna vertebral o es un rejuntado para rapiñar.
En la(s) central(es) obrera(s), se evita la pelea abierta, por ahora todo son fintas, amagues y componendas. La mesa chica de la CGT (con Héctor Daer y Carlos Acuña al frente) recibió al Fresimona de Camioneros (Pablo Moyano) SMATA (Mario Manrique) Sivendia (Omar Plaini) entre otros. Fue en la sede de la UPCN de Andrés Rodríguez. Sondean la posibilidad de llegar al congreso del 11 de noviembre con una propuesta de conducción colegiada que incluya a todos y evite dejar heridas irreparables en el cuerpo sindical.
Todos saben que la representación por el cupo femenino de una u otra forma alterará la relación de fuerzas. Todos aspiran a la unidad cegetista para apuntalar al peronismo. Y todos están contestes de que el 18 de octubre en el Monumento al Trabajo o el propio 17 en el Mercado Central o la Plaza de Mayo se deben montar extraordinarias demostraciones de fuerza con el movimiento obrero como columna vertebral de la movilización de masas donde confluirán todos los que aspiren a frenar la ola amarilla y dar vuelta la elección. Pero si el gobierno no aprovecha la oleada para tomar medidas contundentes sobre salarios y precios, es al pedo.
Escenas de la vida cotidiana
Una encuestadora sonriente encara al primero de la fila en el mayorista: ¿Votaste? ¿Por quién vas a votar? ¿Cambiarías tu voto? ¿Quién creés que va a ganar? ¿Tenés candidato para 2023? El entrevistado es un «guachín» 420 con tintura y corte a lo L-Gante, que mete horas a lo pavo en Rappi para llegar con la compra semanal para la familia.
La explosión cotidiana de precios ha empujado a las familias a juntarse con vecinos y amigos para hacer compras mayoristas. Y la caja de mercadería viaja en moto en dos tandas para llevar harina, arroz y aceite. La horma de queso aumentó, tachala. Las botellas de tomate van como piña. Medio cajón de pollo congelado, va. Los sachet de marca Pirulo («contiene leche») son repesados. La cajera siente que le duele mucho la espalda, que los fines de mes el fiado tarjetero camina a full, que pagan con dos o tres tarjetas, que la diferencia de caja nunca le queda a favor. Ah, me olvidaba de la polenta, ya vengo, está barata en comparación. La cajera aprovecha y descansa.
Telón de fondo I: En Provincia le ponen multas a Rappi por no reconocer la relación laboral con sus empleados. No figurás en ningún lado por ser monotributista. No cobrás aguinaldo, ni vacaciones, ni días de enfermedad. No tenés ART y eso que andás todo el día en la calle. Pero es lo que hay.
Telón de fondo II: las elecciones del año que viene en Comercio se ponen densas porque la condena del tiempo despide del gremio a Armando Cavalieri (87) y su pasión de sindicalista propatronal. Carlos Pérez, el presidente de la obra social Osecac con «menos sindicalismo que Mirtha Legrand» va contra Ramón Muerza, apoyado por Pablo Moyano y sus gremios afines. ¿Guate mala o Guate peor?: Este protegido de Alfredo Coto, apoyado por sectores del macrismo, enfrentó a Cavalieri en una elección en 2018 que tuvo denuncias, boxeo, apretadas y final de bandera verde con mil votos de diferencia.
¿Cómo se llama la obra?: «Derechos laborales robados sin piedad». También puede llamarse «Gremios sin candidatos libres de sospecha».
El fin de los buenos modales
Josué Salud (52) es peruano y enfermero, posta que el apellido le determinó el laburo y la vocación. Vive en «Solano City, territorio libre de riqueza», como le gusta llamar al humilde barrio donde crecen sus hijos: es un estatal de sentimientos laboristas que vota al Frente de Todos y busca en su archivo mental de laburante los posibles argumentos para ganar votos y dar vuelta la elección. Sabe mucho de política.
Josué («Pepé» para los amigos) piensa que no sirve la campaña basada en decir «Pero mirá que Macri era peor», es un argumento que no pega. Te deja al borde de «más peor era Macri». Es el camino más corto al «son todos iguales, yo tengo que trabajar igual con cualquiera que gane»; «Vacunas para todos» es buena, pero la campaña permanente de antivacunas antitodo y los errores no forzados diluyeron con una foto apenas el gol del triunfo. La población quedó en que «es lo mínimo que había que hacer».
«Seguimos porque nos mantiene vivos la garantía de que está Cristina» dicen sus propios hijos. Las notas complacientes en C5N lo cansan, son demasiado obvias y carecen de garra y coraje militante. Bah, «son un espejo de la realidad», dice. Basta de responder a la agenda opositora, sueña. «Todo el tiempo ponen en pantalla lo que dicen o dejan de decir Vidal, Macri, Bullrich, Santilli. Dejame de joder con responderles a esos mentirosos. Hay un Gato clarificador piantavotos, no deja hablar a nadie: parece que el candidato fuera él. De paso, dejame hacerles un saludo a Milagro Sala, Luis D’Elía y Amado Boudou.»
Con el optimismo crítico del militante que camina todo el día piensa que falta futuro en el horizonte. Qué poca autocrítica y qué poca libertad de crítica que dejan los aparatos políticos y gremiales para los que ponen el cuerpo a la militancia, los que dan la pelea cara a cara. Le molesta el exceso de rosca política que decide de qué hay que hablar y no pegan una porque están muy lejos de los votantes de clase media baja y más abajo. Basta de rasgarse las vestiduras, pide: «que el gobierno se ponga los pantalones y se haga cargo; la culpa de la derrota no es nuestra».
Pepé es el ala laborista del Frente de Todos. Mira a los costados y cuenta la tropa. Va a salir con su hija y el novio a tocar la puerta de sus vecinos. Hay dos muchachos del hospital que bancan una mesita en la feria del Triángulo de Bernal de este domingo. «Hay que jugarse todo». No se resigna a que la gente no vaya a votar, aunque la falta de entusiasmo se palpa en la calle. El encierro, la desmovilización, la economía sin fondo, o mejor dicho con el Fondo, tiran para atrás.
La capacidad de daño y el costo-beneficio
La hija mayor (25) de Pepé (el ala juvenil) le da cuerda: «Dale por la positiva, viejo, sacate la mala onda: habla con garra, tenés q votar al FdT porque ya pinta una mejora económica para ir saliendo», ya hay baja de la desocupación y pintan planes para la juventud y las mujeres. «Hay que dedicarle atención a la mujer. Ni una Menos pero preventiva, ESI y propaganda masiva.», dice la piba. Hijae’tigre.
Basta de decir «Espero». Lo que hay que decir es «Yo te Prometo». Y si no se da, la pudrimos juntos para conseguir lo nuestro. Vamos con todo por la recuperación del trabajo. Y efectivizar el control de precios: sin sanciones a los grandes comercios y mayoristas que remarcan todo el día, no se nota que nadie controle y dale que va. No hay otra para salir.
Dentro de un barrio carenciado la vida es distinta a como se vive en barrios como el centro de Quilmes o Caballito. En el fondo de la Cañada, El Trece o La Sarita todos se ayudan entre todos, hay poca o nada de ayuda del Estado. «Te arreglas o te morís», dice la señora de Pepé, que hace changuitas de costura, vende cosméticos y dirige la casa (45). Los carteles de Tolosa Paz no interpelan a las «mamás luchonas» que necesitan libertad de campaña. «Necesitamos un control de precios bien duro y mercados cerca para todos. Comprarle directo al productor frutas, verduras, pescado o lácteos. Un Estado muy grande que llegue a las necesidades enormes de la población y le baje la caña al que no cumpla. Y que no deje meter la mano en la lata de la asistencia social». Otra vez el pedido de sanción efectiva.
En los barrios de clase media baja para abajo la creación de empleo, reactivación del consumo, la desprecarización, tiene que arrancar de una vez por todas. Sobre todo de mujeres y juventud, las más golpeadas. Frenar la inflación sí o sí.
Que grande la piba más chica (15): todavía no vota, pero se fue con varios compañeros de la escuela a la marcha en la Capital por el Medio Ambiente. Hicieron carteles y empezaron por casa, dos tachos de basura para separar residuos y bolsitas para levantar la mierda del perro… ¡En Solano City!!!! Vamos todavía. Sin joda, el Paraná se seca y Vaca Muerta se muere de escapes de petróleo recontra contaminantes. Menos mal que alguien se preocupa por el planeta porque la ganancia es un ciego afán portador de muerte, agrotóxicos, extractivismo y depredación de recursos. Claro. Los jóvenes la ven venir para su generación. Pepé vive hace mucho en su «Solano City», tiene hijos argentinos. Ya dejó de extrañar su tierra, quiere que los migrantes vayan a votar, que se llenen de votos las urnas de extranjeros para expresar su deseo de vivir en paz y libertad, con trabajo e igualdad. «Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino». Con los votos no alcanza, sabelo. «Si queremos ser escuchados es necesario mostrar capacidad de daño para que el poder haga su cuenta de costo-beneficio», remata.
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