El secretario general de la UOM, Antonio Caló, advirtió que el movimiento obrero saldrá a las calles en caso de que se avance en un proyecto de eliminación de las indemnizaciones como proponen distintos sectores opositores.
«Es una barbaridad. No saben lo que es levantarse a las 6 de la mañana para ir a trabajar, no saben lo que es llorar porque te llega un telegrama de despido y encima no se cobra la indemnización. No lo van a lograr porque el movimiento obrero se va a oponer y en la calle si es necesario. Es antiobrero», afirmó Caló en diálogo con radio Cooperativa.
«A nosotros que no nos alcanza la plata para llegar a fin de mes, nos quieren hacer que paguemos nuestro propio despido. Es una vergüenza lo que hicieron. Quiero ir a un debate con los diputados que lo enviaron», pidió.
En la misma línea de lo que planteó la vicepresidenta Cristina Fernández en la previa a la derrota de las PASO y con cifras, el sindicalista explicó que la ley actual no genera despidos, ni contrataciones. «Cuando me hice cargo de la UOM en 2004 tenía 60 mil afiliados, estábamos quebrados. Con Néstor y Cristina llegamos a tener 250 mil afiliados. Con Macri baje a 170 mil. La ley en todos los casos era la misma, la que tenemos ahora».
El referente gremial recordó que “durante los 4 años del gobierno de Macri, el sector metalúrgico perdió 60 mil puestos de trabajo. De noviembre hasta ahora recuperamos 20 mil”. Y admitió que “hay personas que la pasaron muy mal en la pandemia. La gente está enojada y tenemos que revisar por qué. El Gobierno tendrá que comunicar y nosotros tendremos que ayudarlo en esa comunicación”.
Antonio Caló sostuvo que «el Gobierno tiene muy buenos ministros que trabajan todo el día”. Luego, se refirió a la suba de precios: “La inflación no sólo la pagan los trabajadores, la paga todo el pueblo”.
“El aumento de salario por decreto permite que la medida sea rápida porque si discutimos paritaria en cada gremio hay algunos que van a pasar 2 meses para poder corregir el salario”, añadió.
Las declaraciones trascendieron antes de que se diera a conocer la seguidilla de renuncias a disposición que presentaron distintos ministros y funcionarios del riñón cristinista.