Ayer un trabajador y delegado gremial de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) falleció de un infarto cuando se encontraba en el medio del conflicto desatado a raíz de los despidos en la fábrica de electrodomésticos Electrolux, en Rosario. Todo se dio en la puerta de esa planta, en la que desde hace semanas la feroz crisis genera escenas de violencia y desesperación.
Todo comenzó cuando la empresa anunció hace unos diez días otra veintena de despidos, argumentando la caída de producción y ventas provocada por la crisis económica. Ante esos hecho la UOM firmó un acuerdo con la empresa para evitar nuevas cesantías. En la fábrica trabajan unas 800 empresas.
El quiebre se produjo porque el gremio no consiguió (no peleó para otros) para que haya marcha atrás con los telegramas ya enviados. Por ello los despedidos comenzaron un acampe frente a la planta, que incluyó el bloqueo del ingreso de camiones con insumos, sin el aval de la UOM.
En paralelo los obreros que mantuvieron su trabajo, con el respaldo del gremio, votaron a favor de continuar la producción, más allá de expresar su solidaridad con los cesanteados. Una batalla de pobres contra pobres. Los que perdieron el empleo contra los que temen perderlo.
La empresa tramitó ante la Justicia el desalojo del acampe de los despedidos, que sumaron la solidaridad de organizaciones políticas, estudiantiles y gremiales, pero no lo consiguió. Por eso ayer, los trabajadores que siguen ocupados salieron a la calle para descargar e ingresar con un pasamanos los materiales de los camiones varados. "Hace una semana que pedimos a las autoridades que intervengan para que despejen el portón, corren riesgo 800 puestos de trabajo", dijo Silvana, delegada de la UOM en Electrolux al diario La Capital.
Allí se enfrentaron los ocupados con los despedidos. De un lado había obreros cesantes, con el apoyo de organizaciones políticas y sociales. Del otro, obreros ocupados, apoyados por dirigentes y delegados metalúrgicos de distintas fábricas. Pasado el mediodía se registraron incidentes, con intercambio de golpes. Unos denunciaron la presencia de una patota. Los otros aclararon que "eran todos obreros y delegados convocados por los compañeros de Electrolux para respaldar su decisión de sortear el bloqueo".
"Se nos ha muerto un compañero producto de la locura de personas que negaron el paso de la ambulancia para su atención, la situación pasó todos los límites, llamamos a la cordura", reclamó la UOM. A través los abogados Celia Tidoni y Agustín Comas, el sector de los obreros despedidos y las organizaciones que se solidarizaron con ellos, expresaron que el comunicado de la UOM intenta "falsear los hechos".
"En ningún momento del día de hoy se interrumpió el paso de ninguna ambulancia para entrar o salir de la planta, es una mentira alevosa", señalaron y dijeron que "así consta en un video" que difundieron por redes sociales y enviaron a los medios de prensa.
Repudiaron que "la dirección de la Unión Obrera Metalúrgica quiera utilizar este hecho contra los trabajadores despedidos que reclaman legítimamente por sus puestos de trabajo", y denunciaron que el gremio "dispuso de una patota para intentar levantar el acampe por la vía de la represión paraestatal".