Ángel García, sindicalista, periodista y abogado, reasumió ayer formalmente la conducción de la Unión del Personal de Seguridad (UPSRA) en un acto que marcó el fin de más de tres años de intervención macrista a la organización sindical que dejó múltiples episodios de corrupción.
El gremialista, que tendrá mandato por un nuevo período de cuatro años, avisó que lanzará verificaciones contables y auditará las distintas gestiones de la intervención a la organización.
Recordemos que en los años que el sindicato estuvo bajo el ala de Jorge Triaca primero y Dante Sica después, se denunciaron una multiplicidad de ilícitos en la gestión, que hasta derivaron en una cámara oculta de personas del entorno de Triaca contando dinero y repartiéndoselo en bolsas.
La auditoría buscará "determinar el accionar de las distintas gestiones, en resguardo y preservación de los bienes como edificios, automotores, etc. pertenecientes al patrimonio de todos los afiliados del gremio", detalló un comunicado de prensa.
García además remarcó que el último interventor, el barrionuevista Rodolfo "Coco" Alonso no se presentó a rendir su gestión y presentar los libros de actas correspondientes, ni las llaves de los edificios, por lo que es pasible de una denuncia en la justicia penal.
Recordemos que por estas horas otro barrionuevista, Leónidas Requelme, siguen atrincherado con un grupo de gente en los 4 edificios de la organización. A pesar de tener orden judicial de abandonar el lugar, desde allí él y sus hombres atacaron a los vigiladores hace 15 días. Los hechos dejaron un saldo de 3 heridos, algunos de ellos de gravedad. La cusa por lesiones graves recae sobre Requelme, que ya tuvo que ir a declarar por los hechos, y otros.
Desde el entorno de García apuntan a Barrionuevo como el titiritero de la toma, el proveedor de recursos para que se sostenga y el ideólogo de la complicidad judicial porteña, vía Horacio Rodriguez Larreta, con la ocupación. Por ello movieron la causa que estaba radicada en la Ciudad de Buenos Aires a la Justicia Federal, donde esperan que el gastronómico no tenga tanta influencia.