Junto a Ignacio María Laviaguerre, Adrián Suar abrió una nueva razón social bajo el sugestivo nombre Etapa II. Mientras tanto, Polka atraviesa una muerte asistida por el Grupo Clarín que es el socio mayoritario a través de su empresa Artear, Fernando Blanco y el actor, productor y empresario. Avisaron que no van a volver a pagar sueldos y traccionan "retiros voluntarios".
Desde que empezó la pandemia, los casi 400 trabajadores de Polka cobran la mitad de sus salarios a través del ATP. En junio, la empresa pidió pagar menos de la mitad.
"El acuerdo aprobado por amplia mayoría por los compañeros de Polka consiste en el pago de 75% del salario durante los meses de mayo y junio, más el compromiso de una mesa de trabajo para volver a la actividad, ya que hoy la empresa permanece cerrada", decía entonces la comunicación sindical del gremio de televisión, SATSAID.
Pero el acuerdo no se cumplió, tampoco pagaron el aguinaldo ni ofrecieron opciones para sostener la fuente laboral. La empresa sigue cerrada, los socios hicieron en julio un aporte de capital que usaron para pagar "retiros voluntarios" y quienes están mejor parados ya encaran otros proyectos. El resto de las y los artífices de 25 años de éxitos sigue en la lucha.
En lo que quisieron ser emotivas declaraciones, Suar aseguró en las últimas semanas que no quiere la quiebra, que los trabajadores "saben que no les debo nada y ellos no me deben nada. Fue un win-win". Lo cierto es que, aunque minoritaria, tiene parte del paquete accionario, tiene responsabilidades como empleador y fue la cara visible durante los sobrados momentos de bonanza.