La Asociación Bancaria, con la firma de su titular Sergio Omar Palazzo, y el Banco de la Nación Argentina (BNA), a través de su presidente Eduardo Hecker, sellaron un acuerdo para abrir camino a la inclusión laboral de personas travestis, transexuales y transgénero en la casa matriz de la entidad bancaria.
A partir de ahora, al menos el uno por ciento (1%) de la totalidad del personal ingresante al Banco de la Nación Argentina deberá pertenecer a este colectivo. Según el texto del documento, el acuerdo busca "reparar la exclusión y discriminación estructural originadas por prejuicios contra las personas travestis, transexuales y transgénero".
El mismo día que el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, celebraba este paso en La Bancaria, el presidente Alberto Fernández recibió en la Quinta de Olivos a un grupo de mujeres con altos cargos corporativos, para difundir la Resolución 34/2020 de la Inspección General de Justicia (IGJ), a cargo de Ricardo Nissen. Dicho texto normativo exhorta la paridad de género en la composición de asociaciones civiles, Sociedades Anónimas y Sociedades del Estado, al indicar que a partir de ahora deberán incorporar mujeres o personas que se autoperciban con ese género en sus organismos de gobierno y administración, cubriendo al menos un tercio de los cupos.
En los Considerando de la resolución se encuentra el argumento de la necesidad de la existencia de los cupos laborales:
El texto esgrime que "a pesar de que el reconocimiento de la igualdad para el acceso a cargos electivos y partidarios, es un paso decisivo, resulta ser insuficiente" y que "entre otras situaciones, la de violencia de género, precarización laboral de las mujeres y diferencias salariales y previsionales a ella ligadas, la presencia más bien reducida de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural y económica, son muestras de cómo la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y varones, dista aún de completarse y precisa de nuevos instrumentos jurídicos."
Aún así estas medidas siguen generando resistencia. Algunos apelan a la meritocracia, afirmando que los puestos se llenarían de personas incapaces que los ocuparían sólo por ser mujeres (como si eso no pasara entre hombres gracias a los amiguismos) y hasta hay quienes lo interpretan como una subestimación a la capacidad de las personas de acceder a puestos de decisión por sus propios valores. Pero las imposiciones de cupos, si bien no son ideales (lo ideal sería lograr un cambio cultural que permita evitarlos), son necesarias y permiten reparar las injusticias que se cometen cuando se desestima a una persona para una tarea por cualquier característica que no tenga que ver con el trabajo en sí. También son disruptivas, permiten visibilizar la falta de oportunidades que padecen ciertos grupos con efecto inmediato.
Este tipo de normativas tiene antecedentes. En Estados Unidos, por ejemplo, el odio racial a las personas afrodescendientes llevó al presidente John F. Kennedy a firmar en 1961 la Orden Ejecutiva 10925 (un decreto) en la que demandaba a los empleadores "tomar acción afirmativa para garantizar que los solicitantes son empleados, y los empleados son tratados durante el empleo, sin tener en cuenta su raza, credo, color, u origen nacional", es decir, pide que tengan la iniciativa de contratar trabajadores sin discriminar. Recién en 1967 se incluyó la palabra "sexo" a la lista de posibles motivos de rechazo relacionados al género.
Por su parte, la resolución de la IGJ pretende romper el llamado "techo de cristal" que excluye a las mujeres de los espacios de decisión de las estructuras jerárquicas: "Creemos que tal como lo fue la ley de paridad en cargos políticos y la ley de cupo sindical, este tipo de normativas colaboran con la consolidación de una sociedad más justa y más igualitaria", aseguró la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta.
La funcionaria va a estar seriamente involucrada en su cumplimiento, ya que la resolución también establece que el órgano encargado de intervenir en caso de incumplimiento es la cartera de Género.