En el Centro Cultural Leopoldo Gonzalez se viven días convulsionados. Es que su decena de trabajadores ocupa pacíficamente las instalaciones para pedir que no se baje la persiana del espacio que depende de la filial porteña de ATE.
El espacio, ubicado en Independencia al 400, se encuentra clausurado y en medio de una interna que tiene como principal perjudicado a los empleados. Todo comenzó con un reclamo de condiciones de trabajo que desde la filial porteña de ATE Capital fue leída como una maniobra política de los dirigentes de ATE Nacional, con quien protagonizan un duro enfrentamiento.
Entendiendo que se trataba de «una operación interna», los estatales porteños se negaron a reconocer los reclamos. Incluso propusieron el traslado de uno de los trabajadores y hasta el cierre del espacio.
«Desconocemos la interna de ATE y no somos ni queremos estar en el medio de ella. Si nuestros comunicados los comparten desde otras agrupaciones o con fin político no es algo que podamos manejar», explicaron desde el Centro Cultural los empleados que denuncian ser víctimas de persecución gremial.
Además hay cruce de versiones sobre el estado del lugar. Desde la conducción porteña, en manos de Daniel Catalano, se dice que está clausurado hace 3 meses, mientras que los trabajadores sostienen que la clausura ya tiene un año y que fue fruto de una fiesta que organizó la conducción gremial.
Más allá de las diferencias, que de fondo evidencian la ruptura entre la filial capital y ATE Nacional, los empleados reclaman que no se traslade compulsivamente a uno de sus compañeros, que se le reconozca la misma categoría que al resto a otro que no pudo concursar por estar de licencia por haber sufrido un ACV y que se les repongan las horas extras quitadas.
«Si no querían comunicados, Whatsapp o volanteadas, hubieran recibido a nuestra delegada e intentado resolver. Solamente con dejar trabajar en paz a Martin Zelaya y escuchar nuestros reclamos el conflicto se terminaba. Hoy en día es igual, solo queremos trabajar en el Centro Cultural y no pedimos más que eso», concluyen desde el Leopoldo Gonzalez.