El secretario general nacional del gremio, Hugo Godoy, confirmó que la filial estatal mantiene «la ocupación pacífica» del organismo en demanda de que se retrotraiga la situación de esos trabajadores cesanteados «sin causa», indicó un comunicado.
«No obstante los intentos de las fuerzas policiales para desalojar al personal, los delegados aseguraron que la permanencia se prolongará por lo menos durante todo esta jornada», aseguró ayer.
En la segunda semana de conflicto, el organismo continúa «haciendo oídos sordos a las demandas gremiales de reincorporación», señaló el sindicato, que explicó que entre el 6 y 8 de este mes fueron despedidos cuatro empleados del Centro Operativo 9 de Abril y, hasta ahora, «las autoridades no decidieron dar marcha atrás».
Godoy aseguró que la determinación de producir los despidos fue adoptada «sin justificación ni causa alguna» y sin tener en consideración «los procesos administrativos pertinentes, ya que no se realizaron sumarios, apercibimientos anteriores a los supuestos hechos y tampoco se presentaron pruebas hasta el momento».
«Hubo una reunión con autoridades de la Jefatura de Gabinete bonaerense, la ATE expuso su posición y los trabajadores detallaron sus tareas, pero el ENACOM ya anunció que no está dispuesto a rever la posición», afirmaron Godoy y el secretario general de la seccional provincial del gremio, Jorge Ravetti.
Marcelo Belelli, delegado de la ATE, detalló que el personal continuará ocupando de forma pacífica el edificio del organismo, ya que en el encuentro de anoche en Trabajo «no hubo avances».
El plan de lucha en el ENACOM ya lleva una semana e incluyó un paro de 48 horas el jueves y viernes últimos y, sin embargo, aún «no hay respuestas», no obstante dos reuniones con Mercedes Gadea, Jefa del Departamento de Relaciones Laborales de la cartera, dijo.
Ravetti, por su parte, responsabilizó por la situación a «los funcionarios del ENACOM por su intransigencia y prepotencia, lo que arriesga el funcionamiento de los radares de los aeropuertos internacional de Ezeiza, porteño Jorge Newbery y de San Fernando, la central 911 y las antenas de telefonía celular del país».
«Como en los ’90, se procura que la soberanía del espectro radial quede en manos de empresas privadas, desconociendo su uso social, es decir, el control radioeléctrico de los radares de las antenas de los aeropuertos, funciones indelegables del Estado», afirmó.