En la noche del 13 de enero una multitud de personas se reunió frente a la casa del dirigente sin protocolos para pedir el cese de la intervención de la seccional del sindicato de la construcción y la vuelta de Juan Pablo «Pata» Medina a la conducción de la UOCRA La Plata. También aclamaron a Cristian «Puli» Medina, uno de los hijos del dirigente, que salió al balcón a saludar.
El sindicalista pasó dos años en el penal de Ezeiza, acusado por los delitos de asociación ilícita, lavado de dinero, extorsión reiterada y coacción agravada. En febrero de 2020 Medina fue trasladado a su casa de Villa del Plata, en Ensenada para cumplir con prisión domiciliaria debido a múltiples problemas de salud que padece.
La Cámara Federal de La Plata además ordenó que el «Pata» entregue los documentos de viaje, le prohibió salir del país y también realizar cualquier actividad gremial.
Por este motivo sus seguidores se reúnen para aclamarlo. Aseguran que la causa fue armada por el macrismo con un objetivo persecutorio, antisindical. En agosto de 2019, su nieto, también sindicalista, afirmaba que la intervención «lo único que ha traído es miseria. A veces me pregunto si el problema era el «Pata», por qué lo primero que hicieron después de su detención, es bajarles el salario a los trabajadores«, disparó entonces Brian Medina.