El futuro de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de la localidad neuquina de Arroyito continúa siendo un interrogante. La firma estatal interrumpió su producción en mayo del año pasado debido a una parada técnica e inicialmente se había prometido que arrancaría en agosto, pero eso no ocurrió porque siguen sin firmarse los contratos con China para avanzar con Atucha III y porque la demanda de agua pesada por parte de las otras tres centrales está interrumpida en un contexto de desfinanciamiento generalizado del sector nuclear. En marzo los trabajadores de PIAP cobraron su sueldo en cuotas y en abril pasado la empresa todavía no tenía los fondos para abonar los próximos salarios. En este contexto, el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, sorprendió al anunciar que el gobierno está evaluando reflotar un viejo proyecto para que la planta produzca fertilizantes para el campo.
PIAP es controlada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad entre la provincia de Neuquén (51 por ciento) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (49 por ciento). Allí se produce el agua pesada que modera y refrigera la reacción nuclear en centrales atómicas que utilizan uranio natural.
Debido al atraso de sueldos los trabajadores de la Planta de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito cortaron la Ruta 22 por séptimo día consecutivo, reclamando el pago de sus salarios.
A media que avanzaron los días las medidas de fuerza se fueron endureciendo. El bloqueo pasó a extenderse de 8 a 16, permitiendo el paso cada una hora, durante 10 minutos.
Si bien ayer los trabajadores recibieron $10.000 como adelanto de sus sueldos, a mediados de mes aun siguen sin percibir la totalidad de sus salarios y la preocupación crece ya que el atraso en el pago se repitió en el último tiempo.
A esta situación se le suma la incertidumbre por el futuro laboral mezclada con la esperanza que dos nuevas centrales nucleares compren la producción, pero para esto ya se adelantó que se deberán hacer reducciones para que los precios sean más competitivos. El panorama parece no ser el mejor, porque los operarios denunciaron que hay indicios de Nación quiere privatizar la PIAP.