La automotriz General Motors anunció que paralizará su producción durante diez días en la planta de las afueras de Rosario como consecuencia del impacto producido por las inundaciones en Brasil. La parálisis arrancará este jueves y se extenderá hasta el lunes 3 de junio.
La fábrica de General Motors donde se produce la camioneta Tracker operó apenas dos meses en lo que va del año, en medio del escenario recesivo.
La catástrofe que afecta a varios estados del sur brasileño impacta sobre la actividad de las terminales. Se suma a los inconvenientes similares que ya registraron Fiat, en Córdoba, y Peugeot en El Palomar.
Es la tercera automotriz local que debe apelar al cese de actividad por no poder contar con las piezas necesarias para producir.
Ya frenó por dos semanas Fiat, en Córdoba, y también fue afectada la fábrica de Peugeot, en El Palomar.
General Motors informó que «las graves inundaciones ocurridas en Brasil han generado complicaciones en la distribución terrestre de piezas productivas provenientes de ese país».
Por ese motivo, la empresa «deberá suspender su actividad fabril desde el 23 al 31 de mayo».
En principio, esta planta ubicada en la localidad santafesina de General Alvear, donde se produce el modelo Tracker, retomaría su actividad el lunes 3 de junio.
Con esta nueva parada de producción, si bien este caso generada por inconvenientes ajenos a la empresa, General Motors finalizará los cinco primeros meses del año con menos de dos con actividad plena.
En enero, tras la finalización del período de vacaciones, extendió la inactividad hasta fines de febrero para acomodar el stock de piezas disponibles, que había mermado a causa del corte de importaciones generadas por el cepo cambiario.
En marzo, una vez que se confirmó el derrumbe de las ventas internas de vehículos cero kilómetro (que en el primer trimestre fue de -30%, si bien luego esa caída se atenuó con las ventas de abril), la planta de Alvear volvió a parar su actividad durante dos semanas, entre fines de ese mes y mediados de abril.
Este mes, además de la parada programada a partir del jueves, hubo un día de paro forzoso: el 9 de mayo, durante la protesta de la CGT, la sede rosarina del gremio Smata bloqueó los accesos a la planta de GM.