La profunda crisis en la que cayó la industria frutihortícola neuquina está llevando a la desaparición a un barrio de casi cien años porque sus habitantes se van quedando sin empleos.
Se trata del barrio obrero de Nueva España, ubicado entre la ciudad de Neuquén y la localidad de Centenario, donde viven unas 400 personas: los hombres y mujeres trabajaban ligados al sector frutihortícola.
El barrio se fundó en 1922 al calor de la entonces creciente producción de frutas y ahora, casi un siglo después, su gente analiza alternativas que podrían llevarla a abandonar el lugar en busca de un sustento.
Los trabajadores del lugar se vieron en jaque cuando perdieron sus empleos entre 2016 y este año: algunos se desempeñaban en la maderera MAM, que se dedicaba a hacer cajones y pallets, que cerró a principios de este mes.
Allí, los 92 empleados fueron despedidos por la empresa, que decidió cerrar sus puertas aduciendo una crisis a raíz del aumento en la tarifa eléctrica y la imposibilidad de mantener la producción por la escasa rentabilidad.
La semana pasada se conoció que el pueblo Quilpo, ubicado en Córdoba, vivió un proceso similar. El vaciamiento del pueblo se produjo tras el cierre de la minera que empleaba a los trabajadores de la zona.