En la mañana de ayer en la planta de Renova Timbúes, una viga se desplomó cobrándose la vida de al menos un trabajador y dejando un número aún no determinado de heridos.
Por ello el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (SOEAR), parte de la Federación de Aceiteros, inició a las 18 horas una huelga en la totalidad de sus plantas para expresar su apoyo y reclamar el fin de las muertes laborales.
«Una vez más nos encontramos ante el peor escenario posible. Una vez más un trabajador pierde la vida por tener que afrontar sus tareas cotidianas en condiciones precarizadas por la flexibilización laboral, bajo el sistema de contratistas», sostuvieron desde la Federación a través de un comunicado de prensa.
«La responsabilidad es en primer lugar de las patronales que priorizan su rentabilidad ante cualquier consideración por la salud y la integridad de las personas que trabajan en sus plantas», agregaron.
Además remarcaron la rentabilidad empresaria que contrasta con el sistema precarizado de sus trabajadores: «Son estas mismas grandes empresas agroexportadoras las que han sido beneficiadas por amplias medidas económicas y administrativas, aumentando sus ya extraordinarias ganancias».
También le apuntaron al Estado por no ejercer «sus funciones de control de acuerdo al mandato constitucional de garantizar las condiciones dignas de labor y la salud de los trabajadores».
Por último señalaron que la «situación que ha empeorado con la reciente aprobación de una reforma de la Ley de Riesgos de Trabajo que la volvió aún más perjudicial para el trabajador, que no previene el daño y dificulta el acceso al resarcimiento luego de sufrido el mismo».