(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) El economista, sociólogo y pensador Pablo Manzanelli desgranó las claves de la economía con acento en la necesidad imperiosa de mejorar los salarios. Agudo crítico de la derecha pero también con mirada exigente para el Gobierno del Frente de Todos, incluso desde Cifra, el núcleo de análisis económico de la CTA de los Trabajadores que lidera Hugo Yasky.
«Erase un mercado llamado oligopolio dominado por un pequeño número de empresas con el poder de influir en el precio y la oferta de bienes o servicios. Dichas compañías actuaban así de forma estratégica para maximizar sus beneficios. Podían competir en dicho formato sobre términos de precios, publicidad, innovación y calidad de los productos, se jactaban sus mentores. El ‘lado b’ además mostraba que podían colaborar entre sí para mantener altos precios, reducir la competencia en el mercado y fijar salarios ‘a piaccere’. Como una exclusiva liga cerrada el oligopolio permitía una alta concentración de mercado, una barrera a la entrada de nuevos competidores y una interdependencia entre las empresas líderes en términos de decisiones empresariales, precios y producción. Todo conjugado para que, sin necesidad siquiera de inteligencia artificial, se destilaran las esencias más exclusivas de poder. Pero también hubo por aquellos días quienes echando mano al superpoder del pensamiento crítico brindaron más que un debate sobre esas estructuras concentradas».
Hasta aquí una trama que podría haber escrito un hombre cualquiera, bajo el santo de la ciencia y ficción de haber tomado apuntes del presente y presentarlos el día de mañana a los futuros terrícolas, y lo descrito en cuanto a quienes resistieron el poder de los oligopolios hace a la presentación de Pablo Manzanelli para esta charla con InfoGremiales.
Con sólo 41 años ya se diplomó como Doctor en Ciencias Sociales (UBA), Magíster en Economía Política (Flacso), y Licenciado en Sociología (UBA). Es investigador del Conicet, docente e investigador en el Área de Economía y Tecnología de la Flacso y en el Departamento de Economía y Administración de la UNQ. Como también investigador y coordinador el Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la CTA de los Trabajadores. Hace pocas horas presentó el plan antiinflacionario junto a otros analistas, dirigentes sindicales, pymes y cooperativas que integran el Foro de la Economía y el Trabajo (FeyT), un trabajo -que dirán los refutadores de leyendas- incluye algunas casi utopías para estos tiempos y las Costumbres Argentinas de siempre.
En modo spolier , algo para el realce también que no se percibirá en el texto, Manzanelli habla con el mismo tono de voz y en modo didáctico, salvo cuando matiza sus palabras con sonrisas.
«Los que pulsan el poder económico en nuestro país no son precisamente ni un ministro de Economía, ni el presidente del Banco Central, son los grandes grupos económicos»
Pablo Manzanelli
-¿Si hablamos de superpoderes, ser universitario es una forma y estilo para toda la vida?
-Creo que cada vez que te metés en un tema, avanzás en una carrera o en los estudios de posgrado, cada vez te vas enganchando más. No sé si es un superpoder (risas), pero desde mi experiencia puedo decir que crece el entusiasmo. Claro que también suscribo lo de la forma y estilo de vida en cuanto a ser universitarios. Porque intentás diversificarte y estudiar cosas nuevas. Es el caso de las investigaciones, hace poco tiempo pude recuperar un trabajo muy interesante de Julio Olivera (el padre fundador de la hipótesis de la inflación estructural) un verdadero maestro de economistas, consultado desde la derecha y también desde la izquierda, quién se preguntaba y tenía escritos sobre la teoría no monetaria de la inflación. Allí planteó algo para comprender el fenómeno de la inflación actual inclusive, Olivera se preguntaba ¿por qué se producen en la Argentina estos procesos de inflación tan elevados? Y respondía que existe un shock inicial, que puede ser una devaluación, o provenir de los precios internacionales, un tarifazo u otros tipos de shock. Hoy sería en razón de los precios internacionales porque no tenemos una devaluación, ni un tarifazo. Y Olivera refería a que en todas las economías, cuando existe un shock por precios internacionales, en algún momento ese fenómeno tiende a bajar. Es decir, los precios suben y en algún momento se acomodan. Pero en la Argentina no pasa y según él eso no sucede por la competencia imperfecta, por la existencia de los oligopolios. Los oligopolios se meten en la puja distributiva a través de ese shock de precios internacional que referimos, y producen golpes crónicos, con ritmos inflacionarios más elevados. De ahí que cuando teníamos el 25% de inflación con el kirchnerismo (2014) pasamos a tener arriba del 50% por el shock de la devaluación con el gobierno de Mauricio Macri. Del cual no bajamos con el paréntesis de la pandemia que fue muy excepcional y ahora tenemos un 100%. Ahí se registra un solo ganador: los sectores más concentrados del capital y un perdedor: los trabajadores. Verás que con esto te respondo y pongo en duda la cuestión del superpoder. (risas)
-Sin tener su nivel de ilustración, diré, ¿no sólo ganan, también gobiernan con el poder real?
-Son el poder económico, son los poderes fácticos. En el libro que escribimos con Eduardo Basualdo (Los sectores dominantes en la Argentina, Siglo XXI Editores, 2022) hablamos de quienes son los que pulsan el poder económico en nuestro país. Que no son precisamente ni un ministro de Economía, ni el presidente del Banco Central, son los grandes grupos económicos de la Argentina, ya sean extranjeros o locales.
–¿Escribió un libro que vale prevenir al lector, incluye escenas de violencia económica?
-(Risas) Es un tema que no se puede dejar de tomar en cuenta cuando uno piensa y analiza la economía de nuestro país. Porque no hay una sola macroeconomía, porque la macroeconomía está fracturada por los sectores dominantes, hablamos de la rueda principal de la economía, y están los sectores populares o sociales que son una rueda auxiliar, allí están los trabajadores y trabajadoras como también los sectores empresarios de menores dimensiones. Los que primero mencionamos, conducen, los segundos están subordinados.
-Si entendí bien, los primeros conducen y los segundos no acompañan, están subordinados.
-Están subordinados, claramente y la gran discusión está en pensar la política económica considerando estas dos diferentes velocidades que mencionamos.
-A todo lo complicado, ¿la Argentina lo condimenta para que todo sea peor?
-No diría que necesariamente acá se es peor en todo, más allá de que si miramos la tabla de inflación estamos para pelear el Campeonato del Mundo. Lo que sí diría es que la Argentina tiene sus especificidades, entendido esto por las características únicas de su economía, cultura, geografía, política y sociedad, que lo diferencian de otros. En cuanto a la economía una primera tiene que ver con algo muy propio de América Latina, que hace a una estructura periférica y subdesarrollada donde en forma permanente por su desequilibrio en la estructura productiva se generan tensiones en el sector externo ante ciclos de crecimiento. Un segundo elemento, quizás distintivo en varios aspectos y de por sí diferente al resto de América Latina, que hace a la lucha histórica del Movimiento Obrero en un nivel muy importante. Y un tercer elemento que hace a la muy temprana concentración y extranjerización de su estructura productiva, el núcleo central de estos sectores dominantes que mencionamos antes. Estas cuestiones generan que la puja distributiva se desarrolle en límites estrechos, por esta situación periférica de la economía, hace que exista una particularidad, la cual por momentos es muy complicada.
«La Argentina vive un momento político muy particular, hay dos frentes y ambos están inmersos en una discusión interna fortísima»
-Para llegar a estas conclusiones, usted dedicó su vida, y lo sigue haciendo, al estudio. Al mismo tiempo, por la vía de algoritmos y otras supersticiones, una dirigente de la oposición, apunta al kirchnerismo y sentencia: «Se la llevaron toda, por eso los persigue la Justicia». ¿Se simplificaron también la economía y la política desde el odio?
-(Pausa de reflexión) Bueno, la Argentina desde el punto de vista político está en un momento muy particular. Porque hay dos frentes y dentro de ellos muchísimas discusiones internas. Aparece muy clara la parte extrema de Cambiemos o Juntos por el Cambio con Patricia Bullrich o Mauricio Macri, que son los representantes del capital financiero internacional, hay otros más extremos incluso que apuntan por ejemplo a la dolarización de la economía y un ajuste brutal. Creo también que Rodríguez Larreta (Horacio) busca hacer otra cosa ahí pero también esa intención está subordinada a la misma alianza que referimos, por lo tanto desde el odio como vos decís vemos a un frente, expresado por estos protagonistas políticos, con un fuerte corrimiento cada vez más a la derecha de una alianza hegemonizada por el capital financiero internacional. Y por lo tanto no tienen ningún interés en el desarrollo productivo, la inclusión social y etc. De ahí que exista un antagonismo con el Frente de Todos, que más allá de todas sus diferencias internas sí busca el crecimiento y el desarrollo. Este Gobierno actual lo plantea incluso desde buscar el crecimiento a partir de mejorar las ganancias y considera que lo puede lograr a partir de mantener los bajos salarios que heredó del Gobierno de Mauricio Macri. La otra parte del Frente de Todos, digamos el kirchnerismo, la Cámpora, ciertos sectores del sindicalismo, los más combativos por decirlo de alguna manera plantean que es necesario recuperar los salarios tanto para crecer como para lograr sostenibilidad.
-¿Podemos ubicar en ese sector del Frente de Todos entonces al Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la CTA de los Trabajadores?
-Si por supuesto, como también decir que hay una cuestión central los que gobernaron desde el Frente de Todos, ellos recibieron dos problemas que podemos denominar como los principales. Uno es la crisis de los ingresos y otro la crisis de deuda que se reflejaron en la baja de las reservas del Banco Central. Bueno, este Gobierno no resolvió ninguno de los dos problemas y cuando se llega a un escenario con elecciones próximas las relaciones de fuerza se desplazan necesariamente hacia la derecha. Y estamos hablando de las razones por las cuales aparecen los conflictos en el Frente de Todos, la distribución del ingreso por un lado propia de los gobiernos nacionales y populares. También la falta de dólares que es un elemento que brinda la posibilidad para mejorar los ingresos. Por lo dicho, más que en el odio prefiero pensar en los antagonismos que tienen que ver en última instancia con las diferencias políticas respecto a los intereses sociales que representan. La moraleja de todo esto sería que en el Frente hay que conducir con hegemonía para poder llevar adelante un Gobierno Nacional y Popular.
-¿Entonces no considera que hoy el odio también es una variable de incidencia económica?
-Me parece que siempre lo hubo.
-Se dice que para llevar adelante un modelo como plantea la derecha, no vale copiar que ya hay autores originales. Y que la otra opción, colectiva, enfocada en la justa distribución del ingreso etc, es la que corresponde para dar la discusión fundamental. ¿Coincide?
-Si claro, diría que lo que nos distingue es la necesidad de consolidar un Gobierno Nacional y Popular. Hay que avanzar en enfrentamientos importantes con el poder económico, más allá de una situación tan delicada como la que estamos viviendo con alta inflación, baja de reservas y salarios por el piso. Esto hay que revertirlo y para eso es necesario un Gobierno muy fuerte, que avance con medidas concretas para contener la inflación, recuperar los salarios, regular a los grupos económicos, y también desarrollar una política industrial que haga sustentable la distribución del ingreso. Hablo de una versión superadora de lo que fue el kirchnerismo en sus mejores tiempos. El cual mejoró la cuestión de los ingresos pero no llegó a concretar una política industrial para lograr que eso fuera sustentable. Creo que éste es el desafío de un Gobierno Nacional y Popular.
-Mirando a diciembre no aparece el tiempo posible para tamaños cambios, lo cual multiplica las exigencias para quienes vayan a competir en las elecciones por el oficialismo.
-Hay cuestiones que son del corto plazo, en otras será necesario buscar soluciones para otorgar las respuestas necesarias en una situación de debilidad muy fuerte, hay que decirlo. Insisto sin soslayar las urgencias es fundamental pensar en el largo plazo. Todo lo que se desarrolle en las etapas previas tiene que generando las condiciones por los objetivos para alcanzar en algún momento.
-Le pido una definición visceral y no académica: qué le pasa cuando ve a pobres y trabajadores bajo la seducción de liberales y una «derecha popular».
-Me asusta… Porque ya vivimos esto en la Argentina, sucedió con la dictadura militar, pasó con la presidencia de Carlos Menem y Domingo Cavallo en el ministerio de Economía. Las visiones extremas en nuestro país siempre derivaron en el fracaso. La dictadura terminó con una crisis enorme, caída del empleo, salarios de miseria, con Menem Presidente la tasa de desempleo, por primera vez en la Argentina llegó a los dos dígitos. Las consecuencias de este tipo de políticas son muy graves para la mayoría de los argentinos. Hay que lograr la mayor fortaleza política para que eso no vuelva a ocurrir.
«Los oligopolios se meten en la puja distributiva a través de un shock de precios internacionales y producen golpes crónicos y ritmos inflacionarios más elevados. Teníamos el 25% de inflación con el kirchnerismo (2014) y pasamos a tener el 50% por el shock de la devaluación de Macri»
-Hagamos un juego de ingenio, usted tiene que tomar una de las carreras en las que se diplomó para intentar solucionar los problemas del país. Solo puede ser una, ¿cuál elige?
-La maestría de Política Económica de Flacso, de la cual soy profesor, combina la cuestión de la economía pero vista desde los actores sociales. Desde allí creo que podemos pensar un país mejor.
-Y como quien no quiere la cosa, nos pasó el aviso sobre Flacso…
-(Risas) ¿Y por qué no?
-Otro escenario imaginario, vamos a una asamblea de trabajadores y trabajadores. No tenemos un tiempo extenso para explicarlo, pero hay que graficar que como concluyó Cifra, en los últimos 5 años el trabajo le transfirió al capital 87.000 millones de dólares.
-En la Argentina, para 2016 y según la estadística que publica el Indec la participación del salario en el PBI estaba en el 51,8%, es decir el “fifty/fifty” que el por entonces gobierno de Cambiemos había heredado del kirchnerismo. Pues bien, a ese valor la gestión de Macri lo llevó al 46%, y el Frente de Todos por lo que veníamos hablando antes le imprimió una nueva baja y llegó a 43,9%. Si el salario hubiese mantenido el nivel de productividad, estamos hablando de la alternativa de participación que tenemos en el ingreso, nos hubiésemos apropiado de esos 87.000 millones de dólares, un monto que en realidad pasó para los empresarios. Pero además de ese monto, 48.000 millones de dólares se transfirieron al capital en 2021 y 2022. Me vas a preguntar, por qué tanto en esos dos años, respuesta: porque fue un lapso de crecimiento económico. El costo salarial cayó y la productividad creció poco, pero creció. De ahí que sumado esto al proceso inflacionario tan alto que tenemos, como también a la acción de los grupos oligopólicos determinaron una suba de los precios del 21% por encima del IPC. Mientras tanto, el salario de los trabajadores y trabajadoras cayó un 12% por debajo de ese mismo IPC. Es el traumático esquema de ganadores y perdedores que dejó por un lado el traumático gobierno de Macri pero también este primer experimento político que constituye el Frente de Todos.
-¿En esos 87.000 millones de dólares están incluídos los montos de los ATP que entregó el Gobierno a las empresas para ayudarles a pagar los sueldos cuando arreció la pandemia?
-No, estamos hablando sólo de la transferencia de los asalariados al capital. Y para graficarlo más aún tengamos en cuenta esos 48.000 millones de 2021 y 2022 recordando de cuánto fue el megacrédito tomado del FMI, que nos ata de pies y manos, por décadas. Bueno, fue de 45.500 millones de dólares.
-No faltará quien o quienes digas que el megacrédito del FMI fue dinero bien invertido porque la razón de fondo era evitar que ganara las elecciones el peronismo/kirchnerismo.
-Sin palabras.
-Se lo preguntamos también a Hugo Yasky, ¿el Frente de Todos se caracteriza sobremanera por el destrato a los propios? ¿Le tocó vivirlo a usted?
– Bueno, digamos que hubo y hay mucho internismo en este Gobierno.
-Lo definió en este ciclo de entrevistas, el líder de los trabajadores Aceiteros Daniel Yofra. Consideró al Gobierno con peor trato hacia los trabajadores que a los empresarios.
-Mirá no lo viví en carne propia, por lo tanto no puedo dar fe de eso. Si debo decir que estamos haciendo esta nota a pocos días de que se desarrollara el Consejo del Salario, y aprecio que muchas veces hay más dureza en el ministerio de Trabajo contra los reclamos de los trabajadores que con las demandas de los empresarios.
-Descuento que tiene posición tomada sobre las sumas fijas para reforzar paritarias.
-Es imposible que se recuperen los 20 puntos de la caída de los salarios que dejó el Gobierno de Macri de otra forma, que incluso transcurridos 3 años del Gobierno del Frente de Todos se demuestra que las paritarias sin un recurso adicional no lograr recuperar a los salarios. Por lo tanto, es imprescindible que haya un shock de ingresos. Y el mismo se debe producir con las sumas fijas acopladas a las paritarias en el marco de un acuerdo de precios relativos. Para luego concretar un congelamiento de precios y me animaría a decir más, de una reforma monetaria para mantener el poder adquisitivo que se recuperaría a partir de las sumas fijas. Es decir, tiene que formar parte de un paquete de medidas económicas que vayan a atacar estos problemas de la distribución del ingreso, un nivel de salarios muy deprimido y el régimen de alta inflación. A estas dos cosas hay que atacarlas en forma simultánea desde la política económica. Como también hay que agregar el poder relativo que tienen los trabajadores en las paritarias, para sostenerlas de alguna manera.
-Mario “Paco” Manrique de Smata nos explicó que con acuerdos largos las paritarias de ese gremio quedaban a 7 meses de distancia de la inflación y con trimestrales, como negocian ellos, la diferencia se reduce a 2. ¿Considera que es una mensura válida?
-En un régimen de alta inflación todo tiene a acortarse, y por ende las negociaciones salariales quedan viejas con suma rapidez. Mucho más si consideramos como arrancó este 2023 con una inflación tan elevada. Por eso insisto con lo que te decía antes, es necesaria una política fuerte de shock de ingresos desde una política heterodoxa donde haya un precio que esté por encima de todo. Bueno, ese precio debe ser el salario. Y después discutir con los diferentes sectores cómo tienen que ser los diferentes tipos de cambio diferenciales, cuáles son las tarifas necesarias para sostener ese salario, los niveles de interés y etc, etc. Todo subordinado a una política económica, la cual debe ser mejorar la distribución del ingreso.
«Es necesaria una política fuerte de shock de ingresos desde una política heterodoxa donde haya un precio que esté por encima de todo: ese precio debe ser el salario»
-¿Soñó alguna vez con ser ministro de Economía?
-No.
-¿Y si llegaran a ofrecerle esa responsabilidad?
-Nunca lo pensé. (Sonríe)
-Hay quienes dicen que todos los curas sueñan en algún momento con llegar a ser Papa.
-Es que nunca lo pensé desde ese lugar, si de colaborar de algún modo. Tengo una trayectoria más académica siempre interesado en realizar alguna contribución. Por ejemplo destaco haber realizado alguna en el proyecto respecto a las grandes fortunas. Son cosas que me apasionan y estimulan, porque apuntan además a generar cambios.
-Con usted no se cumple ese principio ricotero, de que “todo economista es político”.
-Cuando uno ve a los economistas sabe que no necesariamente es así como vos decís. Soy sociólogo, también estudié economía en posgrado y por lo tanto quizás también tengo mi animal político (carcajadas). La pausa para compartir café cortado en una de las prolijas salas de la Flacso, Momento para consignar que Manzanelli es hincha de River Plate, y rumbo a un par de preguntas sin rigor económico o político decir que viene de una familia numerosa lo que comenta con timidez y sumo cuidado. Tiene un hermano mellizo (Marcelo), que es el baterista de la banda “Karamelo Santo” y dos hermanas, sus padres viven. En cuanto a su intimidad -casi en voz baja- destaca s su compañera “que obviamente es economista· (María José Castells) con la cual tienen 3 hijas, una de ellas recién nacida. Adhiere a la causa justa de los amigos y los asados y para el mimo personal de tanto en tanto comenta ser amante del whisky y las pipas.
-¿Y tiene amigos liberales?
-Tuve. (estallido de carcajadas)
-¿Música?
-Fanático de los Redondos, desde chico los fui a ver a todos lados.
-Nuestro amo juega al esclavo, ¿son palabras para agregar a nuestro Himno Nacional?
-Vencedores vencidos, también eh, jejejeje.