El gremio añadió que esa idea remite a los convenios colectivos de trabajo de cada sector, como contexto de acuerdo para determinar sus cupos, la asignación estímulo (no remunerativos), la organización de tareas y las cargas horarias.
Un documento gremial firmado por la secretaria general del Sadop, María Lazzaro, aseguró que en un contexto de graves dificultades económicas por el impacto de las devaluaciones, los tarifazos, la inflación y los condicionamientos de las pautas generales presupuestarias, resulta «ilusorio y poco serio» que los sindicatos promuevan negociaciones paritarias que «pongan en jaque la estabilidad de los trabajadores».
«La iniciativa oficial es funcional a los intereses de las grandes empresas y los capitales trasnacionales que, a través de la instrumentación de esas medidas, pueden recurrir a mano de obra barata bajo la ponderable justificación de la enseñanza laboral», afirmó.
La dirigente sostuvo que el proceso que concluyó con la sanción de la Ley de Educación Técnico Profesional en 2005 fue precedido por «un abanico de consultas a sindicatos, empresas y gremios docentes», aunque con «la sanción de la Ley de Educación Nacional en 2006 se crearon ámbitos de participación, como el Consejo Económico-Social, homologado como Consejo Nacional de Educación, Trabajo y Producción» (Conetyp).
«Ninguna de esas instancias, y tampoco de modo técnico el Conetyp, fue consultada sobre esas propuestas, pero Trabajo lo integra a través de la Secretaria de Empleo», aseveró Lazzaro.
Agregó que la educación para el trabajo «requiere de manera indispensable e insustituible un proyecto de Nación en el marco de un modelo de país con tendencia industrialista, protector de las economías regionales y de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), con barreras ante la importación indiscriminada y con fuerte énfasis en la promoción integral del trabajo y de los trabajadores».
Por último, la sindicalista indicó que la agenda de una educación para el trabajo debe asentarse en «la defensa de los derechos laborales y la justa distribución de la riqueza, y en fuertes inversiones en ciencia-tecnología para vivir con lo nuestro», concluyó.