El sondeo elaborado por el Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la CGT moyanista estimó, así, que una familia tipo necesitó $11.832,30 para no ser pobre el mes pasado. A su vez, esa misma familia precisó $5.166,94 para no ser indigente.
En el caso de un adulto, debió contar con una entrada mensual de $3.829,22 para no caer debajo de la línea de la pobreza, cifra que representó un gasto de $125,89 por día. Para no ser indigente necesitó contar con un ingreso por mes de $1.672,15, es decir $54,97 por día.
En un comunicado, la central alertó que la inflación en la Argentina sumó «más del 16 por ciento en el primer tercio del año».
Puntualizó que, en el transcurso de 2016, los alimentos que componen la canasta básica que se utiliza para medir los índices de pobreza e indigencia «tuvo un sostenido crecimiento, incluso más alto que la propia inflación».
«El llamado ´sinceramiento económico´ tiene dos caras que expresan claramente cuál es el horizonte del plan económico: por un lado, la transferencia de activos a los sectores más concentrados del poder económico y, por el otro, el aumento de tarifas de energía, transporte y precios en general», consideró la CGT.
El gremio se quejó que «un índice interanual de más del 40% ejerce una merma del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores, que no se solucionan ni siquiera, con la mejor paritaria pretendida».
Alertó, además, que «el ´ansiado´ segundo semestre está golpeando la puerta» y consideró: «Nada hace parecer que, una vez que se abra, las buenas noticias aparecerán como magia».
Recordó que el último trabajo del Observatorio durante el gobierno anterior cuestionó la «escasa participación del sector obrero en la distribución de la riqueza» y consideró: «Lejos de mejorarse ese equilibrio, la transferencia de recursos hacia los sectores capitalistas hace que siga en debacle esa distribución».