La funcionaria, quien contribuyó en las fases de investigación del proyecto, explicó que la iniciativa de la OIT procura trazar un mapa mundial de los cuidados suministrados a la gente por las cooperativas, y señaló que el estudio implicó un análisis de las publicaciones, una encuesta en línea y entrevistas a actores y especialistas, por lo que la investigación sustentaría la difusión e iniciativas políticas y programas en los países piloto.
«El objetivo de esa cartografía es identificar las formas en las que las cooperativas suministran servicios de cuidado y entender su rol y potencial como empleadores en esa economía.
Su participación en ese sector crece en el mundo de manera innovadora desde lo social y organizativo», afirmó.
Matthew sostuvo que aunque las cooperativas en áreas como la agricultura, la finanza y la vivienda son más conocidas, cobran cada vez mayor importancia en el sector del cuidado para responder a las necesidades de grupos específicos de la población.
En algunos casos, trabajan en colaboración o como parte de otras cooperativas consolidadas, como las de viviendas, que ofrecen nuevos servicios, como las guarderías infantiles.
A partir de su naturaleza democrática e inclusiva, las cooperativas suministran cuidados de manera diferente y centrados en la interdependencia en reemplazo de la dependencia.
«El tema tiene diversos niveles y las razones son múltiples. Una es la austeridad o la retirada del Estado de bienestar en los servicios públicos de cuidado. Otra razón es la inaccesibilidad, los elevados costos o la falta de otras ofertas privadas», indicó.
En muchos casos, las cooperativas son creadas como tercera vía, que se abre camino en el vacío público y privado, aseguró.
La evolución de las características demográficas y de la población cumple un papel importante; el crecimiento rápido y sin precedentes de aquellos de edad avanzada en casi todas las regiones es un factor y también el aumento de enfermedades no transmisibles, por lo que «las necesidades de cuidado y las formas de suministrarlo cambiaron de manera drástica y, eso, continuará».
«Hace falta más datos y de mejor calidad para avanzar; estudios de casos cualitativos y de hechos concretos, como la contribución económica de las cooperativas de cuidado a la creación de empleo y a la economía. Es decisivo para mostrar a patrocinadores, gobiernos e interesados por qué deberían invertir. La OIT también patrocina la mejora de los sistemas de recolección de datos y análisis de cooperativas por una Resolución de la 19° Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo, de 2013», puntualizó.
El valor añadido de las cooperativas que ofrecen servicios de cuidado «es doble, porque beneficia a sus trabajadores y a las personas que los reciben», señaló Matthew, quien explicó que en el mundo «ese personal es en su mayoría femenino y, en general, tiene empleos informales y son migrantes, por lo que son vulnerables a la explotación y exclusión del mercado laboral».
Además, con frecuencia la prestación de cuidados no se rige por un contrato, sobre todo en los trabajadores con empleo informal.
Las cooperativas ayudan a enfrentar la situación empleando con contratos que determinan los términos y condiciones, abonando mejores salarios y prestaciones de maternidad y enfermedad.
«El personal del sector tiene un muy débil poder de negociación, en especial las mujeres, los informales, los migrantes y quienes trabajan y viven en el domicilio del empleador», puntualizó.
Integrar una cooperativa fortalece ese poder de negociación, en tanto las cooperativas de cuidado son empleadoras de otros grupos excluidos del mercado (ex presos, migrantes y discapacitados).
Las cooperativas favorecen el desarrollo profesional de los trabajadores y sus servicios a través de la formación y la certificación, en tanto la OIT señaló que más de la mitad de la población de 65 o más años (300 millones), está excluida de los tan necesarios cuidados de larga duración, aseveró Matthew.
De cara al futuro, el potencial de creación de empleo en el sector del cuidado «es enorme, aunque la ausencia de oportunidades de trabajo decente es un desafío que debe ser abordado», añadió.
La funcionaria subrayó que para las nuevas cooperativas «los riesgos son elevados y, uno de los problemas, es el financiamiento, sobre todo en las fases de creación y desarrollo, ya que no es fácil obtener recursos de capital ni saber cómo y dónde acceder a esos financiamientos», puntualizó.
Otros desafíos son la adquisición de experiencia técnica para redactar contratos, conocer las políticas y la legislación y la contratación de personal, concluyó la funcionaria.