El dirigente de Canillitas Omar Plaini reflexionó sobre la situación actual del movimiento obrero luego de las celebraciones divididas del 17 de octubre. «Creo que hay un cambio de época que no terminamos de interpretar», reconoció y señaló varias propuestas para solucionarlo. En principio consensuar un programa de la clase trabajadora que incluya los cambios en el trabajo. Luego aseguró que hay que sanar la derrota de 1983 por la que el sindicalismo fue señalado como responsable. También pidió no temer a un resultado electoral, sino apuntar a fortalecer y acumular poder popular como estrategia de largo plazo.
El senador bonaerense y parte de la Comisión Directiva de la CGT, Omar Plaini dio una extensa entrevista a El Destape Sin Fin, donde hizo referencia a la radicalización que está atravesando el espacio de Juntos por el Cambio, principalmente bajo las figuras de Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
En ese sentido opinó que «Hoy la derecha se expresa a cara descubierta porque también hay una tendencia internacional» y afirmó que no cree «en los caminos del medio» por lo que invitó a seguir una máxima atribuida a «Octavio Paz que decía ‘toda victoria es relativa y toda derrota es transitoria‘. Ojalá seamos capaces de interpretar eso, la lucha es permanente y, decíamos en los setenta, es popular y es prolongada. Por eso no hay que tener miedo a un resultado electoral».
«Lo que hay que profundizar es más organización popular. Y ese tal vez sea uno de los problemas que hoy tiene el movimiento de los trabajadores argentinos», relacionó. Plaini apuntó a la falta de «un programa y de creer en nosotros mismos».
Plaini explicó que la irrupción histórica del peronismo cambió radicalmente el rumbo del movimiento obrero porque le dio un protagonismo que no tenía: «El sindicalismo está en un proceso de crisis de la unidad de concepción porque no hay un programa de la clase obrera, o «clase trabajadora» hoy, porque tenemos que hablar de algo mucho más amplio. Tenemos que hablar de la informalidad, de las distintas formas del trabajo.» Y agregó: «Creo que hay un cambio de época que no terminamos de interpretar».
Sumado al cambio de contexto, el dirigente identifica un enfrentamiento que se sostiene hace décadas y cuya resolución se vuelve cada vez más urgente: «Ha sido siempre así desde la recuperación de la democracia para acá. Hay organizaciones sindicales que por historia tienen un desarrollo de confrontación propio de un profundo sentido de pertenencia de clase y hay otras, a través de los dirigentes, que prefieren más la articulación la negociación. Creo que eso da una perspectiva de esa crisis que tenemos que resolver.»
Plaini considera que con un programa de la clase trabajadora se podría trascender al tiempo y de esa forma no habría que temer una derrota electoral porque serían capaces de acumular poder popular «¿Para qué? Para modificar la correlación de fuerzas que hoy tenemos» y luego señaló que para lograr eso necesitan «definir claramente el liderazgo».
Ahora, más allá de prepararse para una eventual derrota electoral, Plaini plantea que la continuidad del Frente de Todos en el Gobierno «es completamente posible». Aunque llamó la atención sobre lo que considera una deuda del peronismo: «Entre la dirigencia política y la dirigencia sindical hay una deuda que nunca saldamos, que es la derrota de 1983. Nos acusaron de ser «los mariscales de la derrota»», rememoró.
En relación a esto volvió sobre el tema del liderazgo y señaló que su «sueño» hace muchos años es que surja «de las entrañas del movimiento sindical un hombre o una mujer que pueda conducir los destinos de los argentinos y argentinas» como sucedió con Evo en Bolivia o con Lula en Brasil.
Y agregó: «Pero para eso el movimientos sindical primero tiene que hacer una autocrítica y decir si tiene la voluntad de realizar eso porque por acá pasó el peronismo y Perón resignificó el rol del movimiento obrero».
En ese sentido se despegó de quienes «en un contexto como este», se disponen a «hablar de candidaturas cuando no definimos ni siquiera un programa».