La medida, adoptada por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (Agtsyp), afectó a los usuarios que habitualmente utilizan ese medio de transporte, que une Constitución con Retiro, donde funcionan las dos principales estaciones ferroviarias de la Ciudad.
El paro comenzó alrededor de las 10.00 de este lunes y se extendió durante toda la jornada, pese a que se llevó a cabo una reunión entre representantes de los metrodelegados, directivos de Metrovías y de la empresa estatal Sbase para intentar reanudar el servicio.
Tras ese encuentro, la vicejefa de Gobierno porteña, María Eugenia Vidal, anunció el levantamiento del paro, pero finalmente los metrodelegados decidieron mantener la medida hasta este martes.
«Pidieron que el servicio se redujera. Nos parece que eso no es bueno para la gente, la gente necesita este transporte. Se está haciendo una obra que va a mejorar sensiblemente el acceso a una estación por la que transitan más de un millón de personas todos los días», aseguró Vidal en declaraciones a la prensa.
En ese marco, admitió que «se van a generar molestias por la obra hasta fines de febrero», pero indicó que «después se va a regularizar la situación».
Con respecto al reclamo de los metrodelegados, la vicejefa de Gobierno señaló que «todas las estaciones tienen plan de evacuación» y aseguró que «las medidas de seguridad son una prioridad» para la administración macrista y que «no hay ninguna obra que no tenga un plan de evacuación previsto».
Por su parte, Néstor Segovia afirmó: «En la hora pico los compañeros no dan abasto. Queremos que de una vez por todas Sbase tome conciencia de lo que estamos hablando. Ellos tienen la responsabilidad por la seguridad. Tienen que cerrar Constitución y tomar otra alternativa».
Señaló que «la norma operativa dice que las líneas amarillas no se pueden pisar» en el andén y que «en la hora pico no se puede trabajar en esas condiciones», debido a la cantidad de gente que espera.
La medida de fuerza generó un fuerte malestar entre los pasajeros, quienes ya habían expresando sus quejas por las demoras que experimenta la línea desde las últimas semanas debido a las obras que se están realizando en la estación Constitución.
Durante el paro, la empresa Metrovías confirmó los sucedido a través de un comunicado de prensa y lamentó «los inconvenientes que esta medida de fuerza sorpresiva e injustificada genera a los miles de usuarios» que utilizan el servicio.
Enrique Rosito, vocero de los metrodelegados, ratificó que la decisión fue tomada tras la agresión a un guarda y un conductor en las estaciones San Martín y Diagonal Norte de esa línea de subterráneo.
«Hubo dos procedimientos médicos. Primero, una mujer que se desmayó y luego otra que metió el pie entre el andén y la estación. La entrada de las ambulancias generó demoras y los pasajeros estaban impacientes. Empezaron a agredir, a gritar y a escupir al guarda y al conductor», detalló Rosito en declaraciones a la prensa.
Por su parte Segovia advirtió que si este martes «no se cumplen las condiciones de seguridad» volverán a paralizar la línea C.
El metrodelegado propuso que la Ciudad «ponga micros en las cabeceras» y «cierre» la estación Constitución hasta que finalicen las obras.