La Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (Camima) que encabeza José Ammaturo destacó «el esfuerzo de las pequeñas y medianas empresas (Pymes)» de la actividad para abonar «un bono de fin de año adicional» y convocó a conformar «una mesa de trabajo para determinar los temas de interés común con los trabajadores».
Ammaturo lamentó que el acuerdo que alcanzó su cámara y otras entidades patronales por el bono extraordinario de fin de año con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Antonio Caló «no haya sido logrado por el conjunto de las representaciones» y ratificó «el gran esfuerzo que realizaron las pequeñas y medianas empresas».
No obstante, advirtió respecto de la necesidad de generar «una mesa de diálogo para avanzar sobre otros temas de interés de la actividad y para redefinir las relaciones hacia el futuro».
El dirigente empresario formuló esos conceptos porque solo la Camima y otras cámaras del sector autopartista firmaron con el gremio metalúrgico un acuerdo de pago voluntario y extraordinario de 2.000 pesos en dos cuotas -enero y marzo- como gratificación adicional a lo previsto en el convenio salarial ya rubricado.
«La Camima lamenta no haber alcanzado una posición común, a pesar de los esfuerzos realizados», señaló el dirigente, quien aseveró que el sector realizó «ese gran esfuerzo porque comprendió la realidad de los trabajadores, mientras las grandes empresas y sus instituciones vinculadas -con amplios recursos por las cargas salariales- privilegiaron su situación particular», afirmó.
Para el empresario, «las compañías y los sindicatos deben trabajar en los aspectos clave de interés común, como las fuentes y condiciones laborales y el empleo, entre otros, y abandonar posiciones de confrontación y/u oposición, que pertenecen a otra realidad de la Argentina y del mundo en el que le toca actuar».
Para esa cámara, los salarios a discutir este año con la UOM deben asentarse «en consideraciones de inflación futura» como paso fundamental para colaborar en la moderación estructural del desajuste de precios, que perjudica a «los propios trabajadores».
En línea con lo que ocurre en otros gremios, como los petroleros, Ammaturo deslizó por último «la posibilidad de que a futuro puedan discutirse algunos temas para redefinir las relaciones».