El senador nacional, líder del poderoso sindicato petrolero de su provincia y número dos de la CGT Azopardo, Guillermo Pereyra, anunció que retira su candidatura a gobernador de la Provincia de Neuquén y que apoyará en la interna del Movimiento Popular Neuquino (MPN) a Jorge Sobisch. La polémica decisión deja a Azopardo sin su principal apuesta política y levanta polvareda por el apoyo al ex gobernador apuntado por el asesinato del docente Carlos Fuentealba en una protesta sindical.
Pereyra acusó problemas de salud para confirmar su baja del ring electoral. Lo curioso es que apenas días atrás había despejado las dudas que sobrevolaban su candidatura y hasta confirmó su presencia en las primarias.
“Tuve un accidente vascular hace menos de un año. El último chequeo no me dio bien y me aconsejaron bajar los decibeles un poco”, explicó en una entrevista por radio AM550, y mostró su cambio de parecer.
Seguido, explicó que aunque tuvo sus diferencias, las mismas que tuvo con Sapag, “estoy más cerca de Jorge Sobisch, quien no ha hecho malos gobiernos, tuvo problemas con los maestros por una muerte (Carlos Fuentealba) que nos conmovió a todos, pero ya fue absuelto en todos los juicios”. “Está en buen posicionamiento para repetir –opinó sobre el tres veces gobernador–, es un hombre con mucha experiencia”.
Quien ratificó inmediatamente el acuerdo fue el propio Sobisch. “Pereyra no se va a presentar pero tenemos un acuerdo de que va a ser un compañero petrolero el que me va a acompañar en la fórmula. Hay que buscar consenso en el gremio más importante de la provincia y ese es un trabajo que va a hacer Guillermo”, dijo.
La decisión de Pereyra golpeó duramente al sindicato petrolero. El gremialista reunió a su tropa para el anuncio y de ahí se fue con tristezas por su baja de la candidatura y de bronca por el acuerdo con Sobisch.
Internamente, lo que creen los trabajadores es que se trata de un acuerdo desigual, ya que Sobisch necesita más a los petroleros que los petroleros a Sobisch.
Lo que sí preocupa y mucho ahora al gobierno de Sapag es el temor a una revuelta sindical en los yacimientos, disparada por el rechazo de Pereyra a la Ley de Hidrocarburos, que tendrá media sanción del Senado el próximo miércoles y será ley a fines de octubre.
Pereyra intentó hasta última hora del miércoles conseguir al menos dos cambios en el proyecto petrolero, pero no tuvo éxito. Se topó con la resistencia de los senadores kirchneristas, del Gobierno nacional y del CEO de YPF, Miguel Galuccio, que informaron que no se tocará ni una coma al texto firmado en la torre de la petrolera de bandera con los gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) a mediados de septiembre.
En esa reunión, uno de los más férreos defensores de la ley fue el propio Sapag, quien encabezó la resistencia de los gobernadores “rebeldes” que también integraron sus pares de Chubut, Martín Buzzi, de Mendoza, Francisco “Paco” Pérez, y el de Río Negro, Alberto Weretilneck. Fuentes de la negociación comentaron a Letra P que, durante las charlas en las oficinas de YPF en Puerto Madero, Sapag pasó de ser el líder del rechazo a oficiar de nexo con el resto de los mandatarios para que pleguen su apoyo a la iniciativa.
Puntualmente, Pereyra exigía dos puntos. Uno, que en el articulado quede más claramente que la potestad de definir la prórroga o no de una concesión quede enteramente en los gobiernos provinciales. El otro, que el precio del gas para el pago de regalías se defina por el acuerdo firmado entre la Argentina y Bolivia (cerca de U$S 10 por millón de BTU) y no por el precio interno, que oscila entre U$$2,5 y U$S 5 dólares (Recién se paga U$S 7,5 por el millón de BTU “nuevo” incorporado al sistema. Es decir, lo que las empresas produzcan por encima de la curva de descenso que marca sus niveles de producción).
Mediante un comunicado en el que denunciaba que “los gobernadores firmaron bajo presión” el acuerdo con YPF y la Nación, Pereyra informó también que los diputados nacionales Inés Villar y Adrián San Martín le confirmaron que también votarán en contra cuando el proyecto llegue a la Cámara baja.
Días atrás, Sapag dijo que aún le restaban un par de semanas para definir su candidato. En las últimas horas empezó a circular en Neuquén la versión de que podía desempolvar el nombre de Ana Pechén, una mujer de estrecha confianza del mandatario. Pero el nuevo escenario obliga a hacer replanteos. “Ella ya viene de una dura derrota con Pereyra”, explican desde la provincia en referencia a la vicegobernadora. Si la misma lógica que utilizan para descartar a Pechén la utilizan para definir su postulante, todos los cañones apuntan al ministro de Economía de Neuquén, Omar Gutiérrez, quien viene de derrotar al petrolero en la interna del MPN y quedarse con la conducción del sello partidario.