La huelga paraliza desde el viernes la planta que Molinos tiene en el Parque Industrial de Burzaco. Afecta la producción de Matarazzo, Favorita y La Salteña, tres de las marcas emblema del Grupo. Los empleados reclaman un aumento del 10% para compensar la pérdida salarial.
Los trabajadores de la fábrica de pastas y tapas de empanada y tarta La Salteña, continúan hoy la huelga que comenzó el viernes y que paraliza la planta que el Grupo Molinos tiene en el Parque Industrial de Burzaco.
«Decidimos mediante asamblea con una votación unánime, la continuidad por 48 horas más del paro y cese de actividades que comenzó el viernes pasado ante la sostenida negativa de la empresa de sentarse a dialogar con la comisión interna para encontrar una solución a este problema que venimos arrastrando desde 2019», explicaron en un comunicado de prensa.
En la planta trabajan unos 300 operarios y producen tres de las marcas emblema y de mayor venta que tiene el Grupo Molinos: Matarazzo, Favorita y La Salteña.
Concretamente, los empleados reclaman un aumento de 10% para recomponer el salario caído de los últimos años.
«La comisión interna, acompañada por la totalidad de los trabajadores, decidimos en asamblea continuar con el estado de alerta, movilización y prolongar el paro por 48 horas más para ser escuchados», añadieron.
Y remarcaron: «Nosotros somos parte de ese movimiento obrero histórico de la Argentina que se siente cómodo en la cultura del dialogo, pero cuando el dialogo se cierra y se rompen los acuerdos nos vemos obligados a tomar medidas que alerten a la otra parte sobre la importancia de tender puentes para poder ser finalmente escuchados».
Además pusieron el acento en los balances que la empresa presentó en el primer trimestre de este año: «Junto con Arcor y Ledezma, Molinos Rio de La Plata es una de las tres empresas alimenticias con mayores ganancias en lo que va del 2021».
Vale recordar que entre los responsables de Molinos está Perez Companc, el propietario de una de las 10 familias fortunas más importantes del país según la revista Forbes Argentina.
«Durante toda la pandemia, los trabajadores cumplimos con nuestras obligaciones, haciendo que al empresa funcione y garantizando así que los alimentos sigan llegando a las góndolas y negocios de cercanía» añadieron y concluyeron: «Lo hicimos con orgullo porque de esa manera cumplimos con nuestra parte para la sociedad toda, ahora es la empresa la que debe cumplir con su parte».