Los trabajadores petroleros se movilizaron ayer en la ciudad de Comodoro Rivadavia, desde la vieja sede de Petroleros Privados de esa ciudad, hasta la sede del Obispado, donde presentaron un documento al obispo Joaquín Gimeno Lahoz, en el que destacan la necesidad de contar con definiciones del Gobierno Nacional para sostener la actividad petrolera y los puestos de trabajo.
La movilización, inicialmente impulsada por Petroleros Privados, contó con la adhesión de Petroleros Jerárquicos, gremio conducido por José Llugdar, y el respaldo del intendente Carlos Linares, quien acompañó el reclamo.
«Son 3000 trabajadores con incertidumbre», precisó el dirigente Jorge Ávila, titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut. Además recordó que «el 7 de enero los equipos tendrían que volver a operar pero como terminaron los incentivos esa posibilidad se pone difícil por eso hacemos la movilización».
«Tenemos que garantizar la vuelta al trabajo a partir del 7 y no volver a pasar lo que nos pasó en el año 98, con la ciudad vacía y la cantidad de desocupados».
La concentración fue decidida por el plenario de Petroleros el pasado lunes cuando, luego de un informe de situación de Ávila, y tras discutir otras alternativas, de manera unánime resolvió que era tiempo de volver a salir a las calles, como un llamado de atención hacia el Gobierno nacional.
Los trabajadores recordaron que «la crisis internacional del petróleo se profundiza, que el futuro de nuestra actividad no está garantizado» y que «el Gobierno nacional no ha ratificado la continuidad de los incentivos que posibilitan a medias el sostenimiento de la actividad».
También señalaron que «Tecpetrol anticipó la suspensión del 40% de sus operaciones, que Sipetrol demora activar un equipo perforador, que Pan American suspendió actividades de 15 equipos perforadores y 26 workover licenciando a 1400 trabajadores, y que YPF suspendió actividades de dos equipos perforadores y dos workover, licenciado a 400 trabajadores».
Respecto a la situación de las Pymes, remarcaron que las mismas «soportan una situación de quebranto por las exigencias de abaratamiento de costos», y que también «están anticipando despido de personal».
Finalmente, desde el sindicato se recordó que «el bolsillo del trabajador debe absorber el costo del descuento del Impuesto a las Ganancias y la pérdida del poder adquisitivo por los efectos de la devaluación impuesta por el nuevo Gobierno nacional».