Sandra Pettovello desplazó a 13 funcionarios de la gestión de Jorge Triaca por el presunto desvió de más de 600 millones de pesos en la gestión de Jorge Triaca. La determinación se tomó en el marco de una crisis de conducción de la Secretaría de Trabajo. Se apunta, entre otros, al rol de Mónica Alcibar por su doble juego con el CEDyAT, una consultora beneficiada por la maniobra. Ahora, en paralelo, La Libertad Avanza podría designarla en el SENASA.
Tras la filtración del expediente que confirmó el pasado como sindicalista de Manuel Adorni y de la caza de brujas que se desató en su propia cartera que se llevó puesta a la número 2 de la Secretaría de Trabajo, Liliana Acosta de Archimbal, Sandra Pettovello llevó a la justicia a trece funcionarios y empleados de la gestión de Mauricio Macri. Se trata de todos dirigentes cercanos al exministro Jorge Triaca.
Es por pagos presuntamente irregulares por 600 millones de pesos por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación a favor de una Asociación Civil. Los fondos se otorgaron entre 2017 y 2019. Muchos lo leyeron como la revancha de Pettovello ante quienes cree que pueden haber pasado información.
La Subsecretaría Legal de Capital Humano denunció un mecanismo “que no se ajustaba a la normativa que debió haber llevado adelante el ministerio de Trabajo de la Nación, entre los meses de marzo y diciembre de 2017”. El período corresponde a la gestión de Cambiemos. El mecanismo llegaría hasta fin de 2019.
Se trata de un convenio marco y quince convenios específicos de “cooperación y asistencia técnica” con la asociación civil denominada Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDYAT).
Entre los trece funcionarios desvinculados del organismo bajo sospecha de corrupción figura quien estaba al frente de área informática, Mónica Alcibar, quien era el principal nexo entre CEDyAT y el Ministerio de Trabajo. De hecho hay evidencias de que al mismo tiempo que ocupaba el puesto de Directora General de Informática e Innovación Tecnológica del organismo, oficiaba de Directora de Tecnología e Innovación Organizativa de CEDyAT, tal como figuraba en la página web de la asociación civil hasta el momento en que dicho convenio comenzó a tomar estado público.
A Alcibar se la vio participar de diversos eventos en su carácter de miembro de CEDyAT junto a Mariano Riano, Secretario de Legal y Técnica de dicha asociación civil, y que es quien formaba parte de la Comisión Coordinara que revisaba, e invariablemente aprobaba, todo lo efectuado por CEDyAT previo a autorizar los millonarios pagos.
Las acciones del CEDyAT, por las que cobraron millones de pesos, eran difusas, de dudosa utilidad y se contrataron de manera directa: Relevamiento de estructura edilicia e instalaciones (50 millones, U$S 1 millón); Estudios sobre Eficiencia Energética y Energías renovables (20 millones, U$S 400.000); Análisis de luxometría y Sonometría (50 millones, U$S 1 millón); Estudio del impacto energético de los climatizadores (30 millones, U$S 240.000); Digitalización de expedientes (118 millones, U$S 2.360.000); Implementación de Sistema Informático de gestión de bienes (10 millones, U$S 200.000); Relevamiento parque informático (10 millones, U$S 200.000); y Relevamiento y actualización de procesos (12 millones, U$S 240.000).
Buena parte de los proyectos consistían en «informes» que se consideraban “cumplidos” con la mera presentación de documentos que, en muchos casos, consistían en copias textuales de contenidos generales disponibles en internet.
Cuando resultó desvinculada del organismo al ser remplazada por otro Director de Sistemas durante la gestión de cambiemos, Alcibar siguió concurriendo al Ministerio, esta vez atendiendo del otro lado del mostrador, oficiando de consultora en el piso 6 del edificio que el Ministerio tiene en Callao 114, donde funcionaba la oficina del personal de CEDyAT. Luego fue reincorporada por la gestión de Alberto Fernández en 2020.
La novedad, por estas horas, habla de que tras presentar su renuncia al puesto por pedido de Pettovello Alcibar está a un paso de sumarse al SENASA. A pesar de tener, supuestamente, una investigación en curso por su accionar en la gestión pública.
En el área laboral, mientras tanto, despiertan dudas la presencia y continuidad de las segundas líneas de los funcionarios corridos. Son piezas que no solo pueden ocultar pruebas y entorpecer averiguaciones sino incluso continuar gestionando los proyectos a cuenta de sus mentores. Específicamente se nombra a Sergio Bixio, quien había ingresado durante el gobierno de cambiemos colaborando, entre otras tareas, en la selección de documentos a ser digitalizados por CEDyAT, y que luego, fuera ascendido a Director de Desarrollo, Operaciones y Servicios Tecnológicos.