La marcha llevada a cabo durante la tarde de hoy a las puertas del Congreso convocada contra la reforma laboral y jubilatoria cumplió con los papeles y tuvo una convocatoria respetable.
Ampliamente dominada por los aparatos de sindicatos y organizaciones se destacó la presencia de la izquierda buscando fortalecer el lugar del sindicalismo clasista en el abanico de la oposición a la reforma, siendo notorio tanto las diversas vertientes que confluyen bajo tal rótulo (una sola columna que contenía decenas de expresiones)como el uso del aparato territorial del PO que fue lo que en definitiva engrosó su volumen. Vale decir también que -salvo Camioneros- ningún gremio movilizó por fuera de la media de la mayoría e incluso fue notoria la ausencia del cotillón tan típico cuando las estructuras sindicales quieren sobreactuar su presencia en actos (sólo se contabilizaron tres globos de esos grandes que suelen usar los sindicatos y uno de los tres era del MST)
Del mismo modo, algunos dirigentes optaron por el bajo perfil, como el «Barba» Gutiérrez que estuvo en las columnas de la UOM y no en el escenario, quizás con un poco de recato luego de haberse sacado varias fotos con el Triunvirato y Triaca, algunas de ellas en el marco de la discusión de la reforma ahora rechazada.
Ya a la hora de los discursos, Micheli mostró que sigue enojado con los protocolos luego que el Papa se ausentara del encuentro sindical en Roma la semana pasada y hoy empezando su discurso anunciando, algo molesto, que creía que hablaba Pablo Moyano primero y luego él.
El resto de los oradores (Yasky y Palazzo) abundaron sobre los conceptos ya vertidos en la previa de la marcha y criticaron los «acuerdos contra los trabajadores», en la trastienda del escenario las críticas para con el Triunvirato cegetista eran mas descarnadas.
En resumen, se pudo ver a los auspiciantes de la movida moderadamente satisfechos (Micheli exageró una convocatoria de 300000, claramente fue menor a tal número) y quizás habría que revisar en la entretela de las próximas horas si lo sucedido termina de configurar un nuevo polo de fuerza en el movimiento obrero o es una transición mas en un tiempo dónde el movimiento obrero en general y la CGT en particular no logran hacer pie frente a la avanzada de un gobierno que se atreve a cuestionar los pilares de los derechos (y de los bolsillos) de trabajadores y jubilados.