El 19,3% de las pequeñas y medianas empresas del país tuvo dificultades para pagar salarios en el mes de julio, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Del mismo sondeo se desprende que la actividad cayó 17,8% en julio y, de esta manera, acumula una retracción de 18,6% en los primeros siete meses del año.
El freno de la actividad productiva se profundiza en la Provincia de Buenos Aires, donde más del 71% del sector industrial pyme está produciendo al cincuenta por ciento de sus posibilidades. Camilo Alberto Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), advierte que el escenario contractivo en consumo y producción persiste en las pymes, poniendo en peligro la fuente de trabajo de muchas familias bonaerenses.
El aumento de costos salariales y de materias primas sigue ubicándose entre los principales problemas del sector. A ello se le suma la rebaja del impuesto PAIS al 7,5% y la posibilidad de que crezcan las importaciones y afecten más la ya dañada industria nacional. “Con la rebaja del impuesto PAÍS, por un lado, se disminuye el costo de comprar insumos al exterior necesarios para la producción; pero a la vez, la medida incentiva la importación de bienes terminados. Veremos qué tanto impacta a favor o en contra de la industria nacional esta medida”, comenta Camilo Alberto Kahale.
Según una encuesta de Industriales Pymes Argentinos (IPA), en el próximo semestre el 51,9% de las pymes mantendrán su staff de trabajadores. Y casi un 31% de las empresas del sector consultadas admitieron que recortarán su plantilla de colaboradores en el corto plazo. A esto se le suma un dato que preocupa: cuatro de cada diez fábricas nacionales se encuentran endeudadas, producto de la crisis de producción y la caída de las ventas.
Las expectativas del sector industrial pyme son desalentadoras a corto y largo plazo. Siguiendo con el sondeo, el 43,3% de las fábricas señalaron que la situación de sus empresas empeorará durante los próximos seis meses; mientras que el 26,9% pronosticó la continuidad del actual escenario recesivo.
Pese a la desaceleración inflacionaria, la dinámica de las ventas preocupa a las pymes
Las ventas minoristas pymes retrocedieron 21,9% anual en junio, a precios constantes, y acumulan una caída de 17,2% en el primer semestre del año, según CAME. En la Provincia de Buenos Aires se advierte un notable descenso en las ventas de los comercios de cercanía en todos los rubros. Según Kahale, la situación es cada vez más preocupante, “las pymes están tratando de sobrevivir a una crisis que se profundiza con el correr de los meses. Ni siquiera en las últimas fechas comerciales especiales como el Día del Padre y el Día de las Infancias pudieron hacer una diferencia a favor”.
“Va a ser muy difícil que reactive el sector porque no hay dinero, no hay consumo y en consecuencia no hay ventas. Y al comerciante le aumentaron un 500 por ciento los servicios y los alquileres de sus locales”, agrega Camilo Alberto Kahale, presidente de FEBA.
“Las pymes nunca quieren despedir a sus trabajadores porque, además, son familia. En general llevan años trabajando en los mismos lugares, y la mayoría son negocios familiares. Con gran esfuerzo durante la pandemia lograron mantener a sus empleados, y actualmente están haciendo todo lo posible para sostener la estructura. Se les está complicando llegar a recaudar para pagar salarios y sostener sus comercios con la persiana levantada”, asegura Kahale.
Ante la crisis económica y la imposibilidad de hacer frente a los costos fijos, un porcentaje de pequeñas pymes del sector comercio están migrando a la informalidad. “Estamos advirtiendo en el segmento de la microempresa mayor informalidad, y esto no deja de ser un problema para el sector, y una competencia desleal entre los propios comerciantes”, explicó Kahale.