La fábrica de llantas Mefro Wheels, única en el país, finalmente cierra sus puertas. Desgastados después de cuarenta días de conflicto, los obreros trabajaron ayer por última vez en la planta de Ovidio Lagos al 4400, en Rosario.
Reunidos en asamblea decidieron aceptar la propuesta de indemnización que envió la empresa desde Alemania y que los recursos que ingresen por la entrega de pedidos a las terminales se destinen a cancelar la deuda salarial.
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) rosarina señalaron que según lo planteado por los inversores germanos debería abrirse un concurso de acreedores y apuntaron contra el Estado nacional: cuestionaron la apertura de importaciones y advirtieron que con el cierre de la ex Cimetal «se aniquila una actividad industrial en Argentina».
De esta forma, se concretó el escenario que los 170 empleados venían tratando de evitar desde el 2 de enero, cuando los directivos les comunicaron que no tenían materia prima para trabajar.
Desde entonces el gremio denunció que la casa central de Mefro, ubicado en Alemania, buscaba a través de distintas maniobras vaciar la única fábrica del país que produce llantas para terminales automotrices y así exportar directamente desde Europa.
Agotados después de más de un mes de resignar sus ingresos para comprar materias primas y continuar la producción, los operarios aceptaron finalmente la indemnización que puso sobre la mesa el fondo inversor, que según los cálculos del gremio representa un 60 por ciento de lo que les corresponde por ley.
En declaraciones a La Capital de Rosario, el secretario general de la UOM Rosario, Antonio Donello, responsabilizó de la situación «al gobierno nacional, que permite la importación desmedida» y evaluó: «Si no cambia la política, estamos recorriendo el camino de los 90».
En la misma línea, Cristian Rosales, trabajador y delefado de Mefro, sostuvo que la causa principal de la crisis de la compañía es «la importación» y que más allá de una «mala maniobra de la empresa» antes las terminales tenían que comprarle a Mefro Argentina.
Por su lado, Pablo Cerra, abogado de la UOM Rosario, destacó que «no sólo cierra una planta» sino que «se aniquila una actividad industrial en Argentina».