Una reciente encuesta realizada por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb) arrojó que el 58% de los consultados prefiere ser profesional en relación de dependencia que dueño de farmacia. Y esto tiene un sostén básico: los costos cada vez más altos para instalar y mantener un local.
Descendencias enteras de familias farmacéuticas durante la historia fomentaron la continuidad del rubro. Durante más de 70 años, los padres dueños de farmacia delegaban en sus hijos el orgullo histórico de la familia que mantenía aquella tradición. Así era como los negocios en esta actividad se trasladaban de familia en familia. Y hasta era conveniente encarar con entusiasmo esta industria ya que solía ser un oficio muy bien remunerado.
Con los años, esto fue mutando y sin ir más lejos, el 2018 fue un año con severas dificultades para mantener aquella tradición. Los altos costos de los medicamentos e insumos necesarios para mantenerse, que superan el millón y medio de pesos, cada vez enaltecen el deseo de los más jóvenes de ser trabajadores dependientes antes que propios dueños.
Las encuestas desde hace algunos años a la fecha fueron mostrando una pendiente que cada vez se empinaba más. “Primero decían que 9 de cada diez quería ser dueño, después 8, luego 7…y así fue bajando”, cuentan desde el Safyb.
La inseguridad también jugó su rol en esta etapa en la que abrir un negocio se volvió un lujo y un riesgo a la vez.
La inflación y la crisis económica de la Argentina vuelven a interferir no solo en la vida cotidiana de las personas, sino también en los proyectos y proyecciones futuras que hasta tienen que ver con las tradiciones familiares.
Los encuestados expresaron su preferencia hacia la relación de dependencia, siempre y cuando ese vínculo sea blanqueado por el empleador, con recibo de sueldo, buen salario, acorde al convenio colectivo de la profesión y rol jerárquico sindicalizado.
Para bien o para mal, el cambio de paradigma se da luego de 70 años cuando, la familia farmacéutica, construía día a día los cimientos para la empresa generacional pero que en 2018, esos mismos nietos buscan aferrarse a la dependencia diferenciada a causa de una crisis económica que golpea fuerte a la Argentina.